Se preveía, pero no tan pronto, que el Papa Francisco nombrara nuevos cardenales, incluso alguno de ellos mexicano, en particular al arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López. Pero no, en la lista de 21 nuevos cardenales que anunció el Papa este domingo 6 de octubre, quienes recibirán el capelo y anillo cardenalicio el próximo 8 de diciembre, siete son originarios de América, dos de África, cinco de Asia-Oceanía y los siete restantes de Europa.
Con la promoción de los nuevos cardenales, el Colegio Cardenalicio llega a 256, de los cuales, a la fecha, 141 tienen la edad de ser electores en un eventual cónclave; los restantes, por tener 80 años o más de edad, no participarían en ese momento electivo, aunque sí en las congregaciones generales previas a un cónclave en donde se perfila qué pontífice requería la Iglesia cuando se encierren “con llave” (cónclave).
Si consideramos a los electores actuales, seis (4.3 por ciento) fueron elevados a esa dignidad por Juan Pablo II, 24 (17 por ciento) por Benedicto XVI, y los restantes 111 (78.7 por ciento) por Francisco. Para la elección de un pontífice se requieren al menos dos terceras partes de sufragios de los participantes, lo que implicaría al menos 94 votos.
Desde el año 1059 los cardenales tienen reservado el derecho a elegir un pontífice, en 1970, Pablo VI estableció que al llegar a los 80 años de edad perdían el derecho a elegir un papa, lo que le generó una fuerte tensión al interior del Vaticano, y tres años después, en 1973, marcó como número máximo de electores en 120. Estas disposiciones fueron ratificadas por Juan Pablo II y no se han modificado.
Si bien con 141 cardenales actuales se supera el número de 120 de participantes en un eventual cónclave, Francisco puede modificar esa disposición o bien solucionarse imponiéndose el derecho personal que tiene cada cardenal en edad de participar.
En un cónclave, reza el adagio eclesiástico, se elige a un “Santo Padre”, no a un “padre eterno”. En los próximo doce meses, doce cardenales llegarán y superarán la edad de 80 años (dos promovidos por Juan Pablo II, cinco por Benedicto XVI, y cinco por Francisco). Pero no se descarta que algún cardenal elector quede impedido o despojado de dicho derecho, como sucedió con Giovanni Angelo Becciu, o exponga alguna razón, como de salud, para excusarse participar, como sucedió en las elecciones de Benedicto XV (2005) y Francisco (2013), cuando se excusaron Julius Riyadi Darmaatmadja de Indonesia y Keith Michael Patrick O’Brien de Escocia; así como Jaime Lachica Sin de Filipinas y Adolfo Antonio Suárez Rivera de Monterrey, respectivamente.
El colegio cardenalicio, eso sí, con Francisco, se fortalece con figuras de la periferia, como lo comenzó a hacer Juan XXIII.