El reciente anuncio del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, de iniciar el proceso para que el estado salga del Pacto Fiscal ha puesto sobre la mesa un tema que lleva años causando polémica: la distribución de los recursos entre los estados y la Federación. Para Alfaro, el trato que ha recibido Jalisco por parte del gobierno federal es injusto, y lo que busca con esta iniciativa es corregir un sistema que, según él, ha dejado a nuestra entidad y a otras en una situación de desventaja.
El Pacto Fiscal es un acuerdo que regula cómo se distribuyen los recursos entre la Federación y los estados. Este pacto no ha sido revisado en más de 40 años, y Jalisco, como otros estados grandes, considera que su aporte al país no se ve reflejado en lo que recibe a cambio. Según el gobernador, el año pasado Jalisco sufrió recortes significativos en varias partidas clave, como el Fondo General de Participaciones y el Fondo de Fomento Municipal. Estos recortes, en total, afectaron a Jalisco con 4 mil millones de pesos menos de lo que debería haber recibido, algo que, para Alfaro, es inaceptable.
En su conferencia del 19 de noviembre de 2024, Alfaro no solo denunció estos recortes, sino que explicó que el modelo fiscal actual ha sido diseñado para que los estados no tengan mucha capacidad de negociación. De hecho, dijo que el sistema está hecho para mantener a los estados sometidos a la voluntad de la Federación, sin que puedan hacer mucho para cambiarlo.
Lo que propone el gobernador es un camino complicado pero necesario: empezar un proceso para que Jalisco deje el Pacto Fiscal y busque un trato más justo. Esto no significa que Jalisco pueda simplemente decidir "irse", ya que el sistema es complejo y no tiene una salida sencilla. Pero el objetivo de Alfaro es crear un debate sobre el sistema actual y cómo este afecta al estado, que es uno de los motores económicos más importantes del país.
Una parte fundamental de las iniciativas de Alfaro es proteger los servicios públicos en Jalisco, especialmente la salud, la educación y la justicia. El gobernador ha señalado que, si se aprueba su propuesta, estos servicios quedarán blindados de los recortes que el gobierno federal podría imponer. Esta medida busca garantizar que los jaliscienses sigan teniendo acceso a servicios esenciales sin depender de la voluntad del gobierno central.
El maltrato fiscal que Jalisco ha sufrido, no es un caso aislado. Muchos estados, especialmente los más grandes y con economías fuertes, se sienten cada vez más alejados de un gobierno federal que parece ignorar sus necesidades. Esta desconexión ha generado un sentimiento de impotencia entre los gobernadores de varios estados, que ven cómo sus regiones, a pesar de contribuir significativamente a la economía nacional, no reciben el apoyo necesario para hacer frente a sus propios retos.
Lo cierto es que esta vez creo que el reclamo es legítimo amable lector, aunque podamos simpatizar o no con Alfaro o su movimiento, pues este tema no solo se trata de dinero, sino sobre un trato más equitativo y justo. Es una invitación a repensar cómo funciona la relación entre los estados y la Federación, y cómo se pueden corregir las fallas de un sistema que, durante muchos años, ha dejado a ciertos estados al margen de los beneficios que deberían recibir.