Amenazas, castigos, sanciones, división, reproches y peleas es lo que ha dejado la actual gestión en el arbitraje mexicano. La verdadera crisis del arbitraje mexicano no está en las canchas, está en toda la semana, en la interna, en el día a día. Los silbantes, o la mayoría, están en pie de guerra contra Osses y Archundia, quienes han tomado medidas radicales en contra de algunos árbitros y éstos han hecho lo mismo contra dichas cabezas.
Árbitros sin participar en Fechas FIFA, castigados, algunos enviados a otras divisiones, arrebatados de gafetes FIFA, lo que ha arrojado una pugna interna entre los que mandan y los que tendrían que obedecer, amenazas mutuas y una ruptura total en la relación.
Hoy el arbitraje mexicano se encuentra roto, lo que ha atraído la atención del Presidente de la FMF y del Comisionado del balompié mexicano, quienes no se tentarán el corazón para tomar decisiones, incluso despedir árbitros.
Es cierto que el nivel de muchos silbantes está muy por debajo de lo exigido y de la calidad que habían mostrado años atrás y que cada día se han vuelto más protagonistas del encuentro, que los propios futbolistas, aunado a una pésima gestión en su preparación a manos del ex árbitro chileno, Enrique Osses, y quien desde su llegada trajo ruptura y falta de calidad en los silbantes y en su preparación, y más por la puerta que entró a la FMF, por recomendación de FIFA a Íñigo Riestra en los tiempos de Yon de Luisa, cuando el arbitraje “estaba” en manos de Riestra.
Hoy, ese cúmulo de detalles y determinaciones mal llevadas y la pugna contra los silbantes de experiencia desde aquella vez que les pararon el futbol, ha explotado la relación y la ruptura cantada entre las cabezas de la Comisión de Árbitros y los principales líderes de los silbantes, lo que tiene al arbitraje mexicano partido y con una factura por cobrar muy próxima.
Le dijo no al Porto, por México
Hace unas semanas cuestionaba el porqué Rafael Márquez elegiría creer en los federativos mexicanos y dejar al Barcelona o alguna otra oportunidad de dirigir, para apostar a dos años como auxiliar de Javier Aguirre y luego ser el entrenador de la Selección Mexicana, incluso, despreciando la oportunidad de dirigir al Porto, ya que antes de darle el sí al Tricolor, Porto se le acercó para ofrecerle el primer equipo, con la respuesta negativa del michoacano, ya que vio con mejores ojos la propuesta de Juan Carlos Rodriguez y los dueños del futbol mexicano para ser el DT de la Selección Nacional, y es que amarró la meta propuesta para su futuro con poco margen de error y todo por crecer.
Aguirre, mejor en los micrófonos que en cancha
Cuatro juegos amistosos y lo mejor que ha mostrado Javier Aguirre es el análisis en los micrófonos de la Selección y del futbol mexicano. Ahora le vendrá una prueba con mayor compromiso y exigencia, ya que a como dé lugar en noviembre debe de ganar los partidos y avanzar al cuadrangular final de la Nations League para calificarse a la Copa Oro, por lo que estos juegos le han servido, y así lo ha compartido, para saber con quién no contar y con quién trabajar a la hora de la concentración.
Dos meses de análisis y de darse cuenta que el espectro de jugadores es limitado y que tiene poco margen de ganancia y mucho por trabajar, desde el A-B-C del futbol hasta lo que ha sucumbido al balompié mexicano en años: el aspecto mental, que para muchos entrenadores es la parte más endeble de la estructura de la Selección Mexicana.
Parece que al Vasco se le acaba la luna de miel y es hora de mostrar la experiencia y el carácter desde la manera de elegir a sus jugadores.