¿Era Will un desaparecido en el submundo criminal o víctima de homicidio doloso?
En el registro de lo real, la ausencia-presencia de un cuerpo sin vida se presenta como demostración del avance o rezago de nuestra seguridad. Los Wills desaparecidos son evidencia de la hiedra subterránea del narcotráfico con asesinatos no registrados pero existentes.
La disyuntiva de asegurar nuestro avance societal e institucional contra los depredadores criminales pende de un misterioso hilo estadístico y político. A punto de concluir la quinta temporada de la serie épicamente cultural Stranger Things, ¿es ella una alegoría o analogía de nuestro mundo real?
Una zona intermedia de homicidios dolosos y desaparecidos, es presencia y ausencia. Es la creación de los mellizos Duffer el punto ciego donde habita una parte sustantiva del debate sobre seguridad, desaparición y homicidio.
El Upside Down, la inmensa enredadera clandestina de una sociedad convulsionada por una violencia con 80 años de existencia, es el sitio de un gigantesco consumo estadunidense de drogas, la desigualdad mexicana, especialmente de frustración ante la pobreza de opciones en el campo y la suburbia nacional. Un mundo inasible donde los ausentes definitivos son muertos no contabilizados y por tanto plataforma de nuestro optimismo compartido y debatible a favor del cambio de régimen.
La política de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum plantea, precisamente, que el Estado no puede ser pasivo. Al priorizar la atención a las causas y un sistema de búsqueda nacional más robusto, apuesta por rescatar a las víctimas de ese "no-lugar" estadístico. Simultáneamente, es imposible negar alguna medida en el impacto de los muertos no reconocidos en tanto hechos jurídicos y materiales imposibles de identificar tanto como de ignorar… como de medir.
La oportunidad de promover avances como de libremente cuestionarlos es democracia y es ficción. Ignorar el impacto de la muerte no registrada o sobredimensionar heterogéneamente la relevancia de los desaparecidos es mezquindad e ideología.
En la Ciudad de México, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, reivindica una visión de convergencia entre las capacidades científicas y estratégicas —fortalecimiento de la Comisión de Búsqueda, ampliación de la red de videovigilancia— y la empatía con los colectivos de buscadoras. En la capital nacional, hasta el 95 por ciento de las desapariciones son ausencias voluntarias. En otras entidades la situación es la opuesta.
La ficción de Hawkins reconoce el vacío. Los liderazgos de Sheinbaum y Brugada apuntan a una ética donde la ausencia es hecho político. La hiedra horizontal de la muerte clandestina es también política.
Winona Ryder, es decir Joyce Byers, rechaza la versión oficial de inexistencia de su hijo Will y cuelga luces para comunicarse con lo invisible. Eleven, Jim, Mike, Dustin, Lucas reivindican valores comunitarios. Como la interacción con la verdad.