Asediados e invisibilizados. A salto de mata por el temor a la migra y a la cercana probabilidad de la deportación. Desaparecidos. Para sus familias, las autoridades, la comunidad nacional y generacional entera. Con todas y todos pierden contacto. Carentes de posibilidades reales de ser buscados, hallados, abrazados.
Cada quien sus desaparecidos. Cada quien sus intenciones de hallazgo. El drama más allá de la frontera norte enfrenta el desinterés institucional, mientras personas migrantes toman medidas extremas para no ser localizadas, entre ellas, vivir en trocas, como lo expone el reportaje de Gardenia Mendoza publicado ayer en estas páginas.
¿Cuánto mide la intersección entre migración, deportación, desaparición de personas y la muerte de las mismas? Es un espacio indefinido, incierto, diluido entre los márgenes de la política, el poder conservador, la negligencia institucional y el sufrimiento humano. Un territorio sin fronteras el de los desaparecidos más pobres. Un territorio desbordante de la nación. Los cuerpos e identidades se pierden en la opacidad de la burocracia incapaz de reconocer el problema, reconocimiento implícito de actuar sobre él o desinterés absoluto por los de otras razas, orígenes, necesidades.
Aunque el Centro Nacional de Información Criminal —base de datos dependiente del FBI— estima un promedio anual de 600 mil reportes por desapariciones en Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas calcula unos 22 mil casos formalmente pendientes. Demócratas o republicanos no difieren en su distanciamiento de las y los otros al sur de la frontera. De ellos, ¿cuántos son migrantes?
Cada quien sus desaparecidos y sus intenciones de hallazgo. Ante el impacto emocional, el golpe a la esperanza de las familias buscadoras con los horrores del Rancho Izaguirre —omisiones documentadas incluidas e intenciones de sistematizar la investigación por parte de la Fiscalía General de la República—, recorrido ayer en medio de restricciones, la presidenta Claudia Sheinbaum plantea el fortalecimiento de las instituciones de búsqueda. La base de datos precisa de las y los ausentes es central, como lo es el Gabinete especializado instruido en la Ciudad de México por la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Del otro lado de la frontera, la política migratoria de Trump, con más de 37 mil 660 personas deportadas al primer mes de su segunda presidencia de acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional, ha hecho de la deportación un mecanismo de desaparición institucionalizada.
¿Cuánto mide la intersección entre migración, deportación, desaparición y muerte? La angustia de quienes buscan en albergues, en restos hallados en el desierto, en rostros impresos en volantes. La invisibilización deliberada condena a miles de personas a la desaparición o... a vivir en trocas.