El avance incontenible del mundo digital, intensificado por los desafíos de la pandemia de covid-19 en sectores como educación, salud y servicios en línea, ha convertido las tecnologías de la información en motores cruciales para transitar hacia modelos de desarrollo sostenibles e inclusivos.
En el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) interpretamos la dimensión digital desde dos perspectivas: primero, como el conjunto de tecnologías de la información en constante evolución que impactan en todos los aspectos de nuestra vida, desde tecnologías móviles, inteligencia artificial, blockchain hasta sistemas de aprendizaje automático. Y luego, como la manera mediante la cual las personas e instituciones pueden adoptar nuevas e innovadoras formas de trabajar con la ayuda de la tecnología.
Es así como el creciente poder de las tecnologías digitales representa una oportunidad única para acelerar el progreso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Esto lo vemos reflejado en el hecho de que los gobiernos del mundo buscan aumentar el uso de tecnologías digitales para optimizar y brindar servicios más eficaces y receptivos a la ciudadanía.
Comprometido con la transformación digital, el PNUD busca acelerar la cooperación internacional para lograr una transformación digital inclusiva, basada en derechos y que permita fortalecer los ecosistemas digitales de los países donde está presente, incluido México. Esto implica apoyar el desarrollo de capacidades tecnológicas, contribuir a implementar marcos de gobernanza centrados en las personas y explorar mecanismos de financiamiento innovadores.
Una infraestructura digital pública sólida contribuiría a mejorar el acceso a una educación de calidad y garantizar que las y los estudiantes cuenten con las herramientas necesarias para competir en la economía global. A su vez, la telemedicina y la tecnología de la información en salud pueden mejorar el acceso a servicios médicos de calidad, especialmente en áreas remotas, convirtiéndose en medios eficientes y efectivos para salvar vidas al permitir una atención médica más práctica y rápida.
En México, la expansión de una infraestructura digital pública con enfoque de inclusión se podría traducir en el potencial de llevar el acceso a internet y la tecnología a todos los rincones del país a precios asequibles. Esto contribuiría a reducir la brecha digital existente entre áreas urbanas y rurales y empoderaría a comunidades que hasta ahora han estado al margen de las oportunidades que ofrece la digitalización en áreas como el desarrollo económico y social, la educación, la formación continua y la atención de la salud, entre otros beneficios.
Por otro lado, la inversión en infraestructura digital pública puede estimular la creación de empleos y fomentar la innovación lo que, a su vez, tiene el potencial de posicionar a México como líder en la economía digital y creativa de América Latina, situación que podría tener un impacto positivo en su crecimiento económico.
Por supuesto, es importante tener en cuenta los riesgos potenciales que pueden surgir en un ambiente completamente digital, por lo que implementar marcos de gobernanza centrados en las personas es esencial para proteger la privacidad y la seguridad de la ciudadanía. También, es importante establecer una legislación efectiva que equilibre la innovación tecnológica con la protección de los derechos individuales.
Desde el PNUD, estamos comprometidos a apoyar los esfuerzos de México en esta dirección y a colaborar con todos los sectores de la sociedad para hacer realidad esta visión que, a su vez, contribuiría a cumplir los ODS. Estamos a tiempo, el camino hacia un México más inclusivo y sostenible comienza con una infraestructura digital pública sólida que tenga en cuenta a todas las personas, sin dejar a nadie atrás.