Lo más interesante del aire contaminado es que no puede ocultarse.
Certeza que preocupa a los políticos de Nuevo León porque sus mentiras se vuelven muy difíciles de sostener mientras el área metropolitana sea irrespirable.
Y con la mayoría de los estudios documentando que las industrias son las máximas responsables de generar las partículas nocivas PM2.5 y PM10 que ingresan a nuestros pulmones, todavía es mas irrisorio cuando reciclan el tema para enfocarlo sobre los automóviles como responsables de la crisis.
Además, lo que no entienden los funcionarios es que hay demasiados indicadores que no relacionan los carros con el aire podrido que respiramos. Por ejemplo, de todos los contaminantes antropogénicos, los municipios que encabezan su emisión no son necesariamente donde más automóviles circulan pero sí son epicentros de varias de las industrias más amenazantes ambientalmente.
Y para colmo, cada debate que quieren instalar lo relacionan con la verificación vehicular como si fuera la gran salvación. ¿Qué logran? Politizar la solución del problema y restarle credibilidad.
¿Qué esperan para exponer un plan que favorezca el transporte colectivo? ¿Cuántas empresas han sido sancionadas? ¿Qué grandes empresarios se han visto incomodados por inspecciones ambientales? Y puedo seguir amontonando preguntas que nos enfurecerían más porque demuestra que los gobernantes tienen una agenda donde el ciudadano es el último en su escala de interés.
Hoy, ya sabemos que vivimos en una de las urbes más contaminadas del planeta, ¿te lo hubieras imaginado? Yo no y ahora me dan ganas de llorar cada vez que alguien presenta a la Sultana como la ciudad de las montañas. Imaginar que respiramos naturaleza es una de las grandes ilusiones que debemos olvidar.
Twitter: @santiago4kd