La dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján inició su gira por las 32 entidades del país; la dirigente arranca con un plan de trabajo para realizar la formalización tanto de los comités estatales como municipales que mucha falta hacen para la estructura del partido, al ser un buen momento de reorganizar el padrón electoral.
Luis María fue electa el domingo 22 de septiembre a puerta cerrada, bajo la celebración del séptimo Congreso Nacional Extraordinario en la Ciudad de México, en presencia de 300 consejeros y más de 3 mil militantes quienes votaron de manera unánime a favor de ella para que guíe al partido en los próximos tres años. Así es como Morena comienza una nueva etapa que podría dar en gran giro dentro de los movimientos estatales e incluso puede llegar a renovar a los dirigentes locales con el único objetivo de mantener la fuerza e imagen del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, con la firme intención de mantener la unidad al interior del partido y con ello, conservar la disciplina, tratando de evitar el riesgo de autodeterminación.
Hoy, el destino de Morena está en incertidumbre de que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, tome de manera vertical el segundo piso, lo que implicaría estar fuera de la cuarta transformación; una nueva era para Claudia jugando un rol diferente para aplicar su sueño comunista, una realidad de un México revolucionario en el siglo XXI, confrontando toda ocupación o cualquier controversia política, nacional e internacional, pese a la fuerza que aún tiene el expresidente AMLO en donde él mismo ha provocado este fenómeno.
Por todo esto, él ha apoyado a que se elija a Luisa María como dirigente, quien desempeñó el cargo de secretaria de gobernación y puede dialogar, así como cuenta consensuar con diferentes actores para facilitar la permanencia de la imagen de AMLO al interior del partido y para convertirse en interlocutora con otras fuerzas políticas.