El artículo 93 de la Constitución de Hidalgo faculta al Congreso para citar a los secretarios, directores de área e incluso a cualquier funcionario para indagar sobre asuntos que les compete, así como emitir recomendaciones sobre puntos específicos que a su consideración sean trascendentales. Igualmente, están facultados para llamar a comparecer al jefe de gabinete.
Vale recordar que tanto diputados como senadores representan a la ciudadanía, por lo que es relevante que dialoguen con los responsables del gabinete en lo que respecta a la rendición de cuentas, con el propósito de requerirles información, proponer acciones, cuestionar y solicitar la realización de determinados actos.
Esta figura de la comparecencia, constituye una herramienta prevista en el marco jurídico mexicano como un mecanismo para evaluar los resultados de cada funcionario público, y además valorar las funciones pertenecientes a la administración correspondiente.
En el estado de Hidalgo se están llevando a cabo las comparecencias de manera abierta y cada una de ellas es de acuerdo a los requisitos que el Congreso ha emitido a cada secretaría en turno; por ello, el gobierno de Hidalgo encabezado por Julio Menchaca Salazar, quien ha creado su plan de desarrollo buscando potencializar a todo el estado, para encaminarlo hacia el bienestar y reducir las desigualdades, tiene asignadas las tareas a sus secretarios para que le permitan cumplir la estrategia de política pública definida en su gobierno.
Desde el pasado 14 de octubre iniciaron sus comparecencias en donde secretarios informan de los resultados de su trabajo, el cual se supone que es evaluado por el Congreso estatal. Pese a los diversos cuestionamientos por parte de la ciudadanía, los diputados no han demostrado interés y mucho menos conocimiento sobre los temas que abarcaron a los secretarios, dejando ver que solo tienen una línea política para escuchar y aplaudir, saludarles e intercambiar ideas de interés personal, alejados de cuestionar e incluso discutir respecto a lo informado.
Lo visto es que este Congreso no será diferente a los anteriores y seguirá dando pan con lo mismo, caminando en el mismo rumbo, con un mal sabor de boca, ampliando de incertidumbre de la ciudadanía.