Los presidentes municipales electos al igual que los integrantes de su planilla, han recibido diversas capacitaciones breves a través del gobierno y partidos políticos sobre el manejo de la administración del municipio, además de la instrucción respecto a las comisiones necesarias para manejar y controlar la administración de un ayuntamiento.
Cabe recalcar que lo más importante para desarrollar un municipio, es aplicar las ideas y proyectos en un plan municipal; pero lo visto, es que la mayoría de los presidentes desearían recibir dicho plan al igual que los anteriores alcaldes, quienes lo recibieron por parte del Congreso que lo elaboró de forma genérica, acción que no les permitiría tener un plan propio, acorde a su pueblo; por el contrario, solo tratan de cumplir con las reglas que propone la Secretaría de Gobierno: aplicar su política social y financiera, lo que da que el municipio continúe la regla no escrita, aprender el primer año, el segundo ejecutar y el tercero pensar en la entrega y recuperar la inversión inicial a su proyecto personal.
Ningún presidente electo ha mostrado a la fecha su intención de cumplir con la regla de que el servidor público debería ser experto y profesional en su función.
Casi todos quieren llegar para utilizar la mayoría de los recursos de acuerdo a sus propios intereses o el de sus compañeros, amigos o compadres que apoyaron en la campaña electoral y pagar de la misma forma.
Dejando detrás la parte más importante de la administración pública moderna, la participación ciudadana que enriquece la democracia en su municipio, haciéndolo relevante en escuchar y resolver de manera justa y equitativa en derecho para ejecutar realmente lo necesario y resolver la crisis de los ciudadanos.
No deben olvidar que lo más importante en la administración pública es la gestión adecuada para resolver la crisis social, económica y política, olvidándose de su propio sueño guajiro que busca resolver su situación económica para toda la vida.