el 8 de agosto se conmemora un aniversario más del natalicio del general Emiliano Zapata.
La visión del caudillo del sur era clara: los mexicanos querían democracia no solo para ejercer sus derechos políticos; querían democracia para que hubiera un cambio de fondo y las oportunidades fueran para todos.
Para que los campesinos de México pudieran salir de la pobreza y se respetara su dignidad y sus derechos. Por eso, y especialmente en este año que ha sido bautizado como el de Emiliano Zapata, es preciso recordar que sigue pendiente la reforma del campo.
Una reforma integral que acerque los derechos y las oportunidades de las ciudades a las zonas rurales. Una reforma por y para los campesinos y jornaleros agrícolas.
En el campo rigen los tiempos y las condiciones de la naturaleza; y no solo eso, el mercado nacional e internacional tiene una fuerte influencia sobre los precios de lo que se produce.
La realidad es que cuando uno siembra, desafortunadamente tiene poca certeza del precio que tendrán sus productos.
Por ejemplo, los trabajadores del campo y la pesca de acuerdo con la temporada trabajan en una región y otra; trabajan por meses.
Por eso, pedirles la misma antigüedad para pensionarse, es condenarlos a que no se pensionen, porque mientras un trabajador industrial tendría que laborar alrededor de 25 años, a un trabajador estacional del campo le tomaría más de 50 años.
Necesitamos una legislación que atienda sus necesidades específicas y que les ayude a tener una verdadera vida digna.
La lucha de Zapata sigue vigente, la gente del campo sigue reclamando justicia.
No es posible que a aquellos que eligen dedicar su vida a la producción de alimentos en nuestro país se les condene a tener una vida de dificultades y sacrificios.
En los últimos años se dieron importantes reformas económicas, es tiempo de las reformas sociales. Los campesinos no piden dádivas, piden lo justo.
Lo que para muchos trabajadores de la ciudad es muy común como el aguinaldo o las vacaciones, para los trabajadores del campo es prácticamente impensable.
La lucha sigue, Zapata vive. _