Todo el respaldo de la sociedad

tampico /

Esta semana, los titulares de algunos periódicos anunciaron que el sector privado había salido a exigir condiciones de seguridad y a demandar una estrategia efectiva de combate a la delincuencia.

Advierten con puntualidad que la falta de Estado de derecho genera desconfianza y golpea la inversión extranjera, la operación en la industria, el crecimiento, y hasta la imagen de los comercios.

Estoy convencido de que tienen razón, incluso estoy contento de que se haga este tipo de reclamos porque vivimos en un país, relativamente, democrático; donde estos señalamientos, además de ser sanos, son necesarios.

Pero desde muy joven, siempre que escucho críticas, por más legítimas que sean, tiendo a cuestionarme, ¿qué estamos haciendo nosotros para que esa situación cambie?

No puedo generalizar, pero nunca he llegado a un restaurante donde por voluntad propia del negocio haya descuentos para policías o militares; nunca he llegado a un hotel donde se les ofrezca una tarifa especial; nunca he visto en un hospital privado precios especiales para ellas y ellos que se juegan la vida por nosotros y para sus familias que los ven salir todos los días sin saber si van a regresar. Seguramente habrá lugares, pero nunca los he visto.

Se habla mucho que llevar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa es acabar de militarizar al país pero, ¿realmente es una decisión o una obligación ante el incremento en la fuerza y presencia de los grupos del crimen organizado?

El país lleva mucho tiempo militarizado, han pasado ya más de 10 años desde los primeros momentos en los que vimos soldados en funciones de policías y solo así, al menos en Tamaulipas, sentíamos algo de confianza.

Creo que es momento de replantear las acciones de la sociedad completa. La inseguridad y la violencia son consecuencia, no causa. El primer aspecto debe ser la revalorización de nuestros policías, soldados y marinos.

Pienso en un gran pacto a favor de las y los ciudadanos en funciones de seguridad y espero ver en un titular pronto, la buena voluntad de los sectores que no se cansan de respaldar y apoyar.

No los conocemos, pero todos los días se juegan la vida. Si ellos se la juegan por nosotros, nosotros nos la tenemos que jugar por ellos. Garantizar su calidad de vida y la de sus familias es tarea obligada. Al mal policía o militar, todo el peso de la ley. Al bueno, todo el respaldo de la sociedad. _

  • Saúl Barrientos
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