No es fácil definir en qué se debe gastar el dinero en un país con necesidades tan arraigadas. Hay tantos sectores que ahora mismo requieren recursos para acciones y obras que las decisiones resultan enormemente complejas.
México hoy demanda más recursos para seguridad, salud, carreteras, agua, educación y campo, entre muchas otras tareas y el gran problema es, justamente, que esos recursos nunca son suficientes.
El pasado 15 de noviembre se presentó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2025. El proyecto constituye la propuesta que manda el Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados, que es el único órgano colegiado responsable de decidir en qué se gasta el dinero de las mexicanas y los mexicanos.
Y precisamente, para saber cuánto, cómo y dónde se van a gastar esos recursos, primero se deben estimar y aprobar los ingresos.
Con el Proyecto de Presupuesto, se envía la Ley de Ingresos y las leyes en materia fiscal que son los instrumentos para obtener esos ingresos.
En este sentido, es importante señalar que, en la aprobación de dichos instrumentos de ingresos, participan tanto la Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores.
Ayer, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, compareció ante la Cámara de Diputados para exponer el Paquete Económico de 2025.
El gasto que se propone es un gasto como lo esperábamos, con una clara prioridad en la construcción de vivienda y en el desarrollo de trenes de pasajeros, y con un ajuste presupuestal en muchas de las dependencias y órganos.
Se tiene que reducir el déficit y así se propone. Mientras que el año pasado, la diferencia entre ingresos y egresos fue del 5.9% del Producto Interno Bruto, lo cual se compensa con deuda; ahora se propone que la diferencia sea de 3.9%.
Es decir, seguiremos gastando más de lo que ingresamos, pero se reducirán las necesidades de deuda.
Esto será así, siempre y cuando se recaude en impuestos y en venta de petróleo, entre otras fuentes de ingresos, lo que se ha proyectado y mientras crezca nuestra economía al menos un 2%.
Lo que vemos es que el gasto, muy especialmente el gasto en pensiones requiere, hoy más que nunca, de un mayor crecimiento económico como soporte.
Es un panorama complejo, pero en este espacio lo abordaremos desde este momento hasta su aprobación para que usted conozca cómo vienen las finanzas públicas del próximo año.