En días pasados, enfrentamos intereses profundamente antidemocráticos, que intentaron (haciendo una interpretación fantasiosa en un universo paralelo con base en la legislación de su mente) trastocar la voluntad popular, atentando contra el interés superior de México y contra los derechos de la ciudadanía que eligió a sus representantes a través del voto libre.
Afortunadamente, podemos presumir que ganó la voluntad del pueblo que tiene voz y sabe lo quiere. Por ello, hoy, la LXVI Legislatura de la Cámara de Diputados está formalmente conformada por 251 mujeres y 249 hombres, de los cuales, el Grupo Parlamentario de Morena y nuestros aliados del Partido del Trabajo y del Partido Verde Ecologista de México contamos con la mayoría calificada.
Es momento de cumplir las propuestas hechas en campaña, donde pedimos a la gente su apoyo para llevar a cabo lo que llamamos el Plan C, reformando la Constitución en su beneficio, ya que nos dieron la confianza y esa confianza la vamos a asumir con responsabilidad. Nuestra obligación es responderle a la gente, cumplir lo que desean y usar esa mayoría que nos dieron en beneficio del pueblo.
Los enfrentamientos ya son cosa del pasado y es momento de asumir el deber primordial de las y los diputados, que es el de legislar independientemente de cualquier ideología o interés partidista, con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de la población, porque la encomienda es construir un país más justo, incluyente y próspero.
Es necesario cumplir con nuestras responsabilidades y poner sobre la mesa el debate de temas tan importantes como son la reforma al Poder Judicial, elevar a rango constitucional los programas sociales, velar por los pueblos indígenas y afromexicanos y fortalecer la Guardia Nacional, entre otras. Recordemos que tenemos el mandato del pueblo, que hoy está más despierto que nunca.
Desde la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, apoyando en la conducción a la diputada Ifigenia Martínez, seremos institucionales, en la dirección de las sesiones se respetarán los equilibrios y seremos facilitadores para que avancen los trabajos legislativos.
Asumiremos darle continuidad a la transformación y siempre tener presente el legado del movimiento “por el bien de todas y todos, primero los pobres”. Asumimos también con mucha responsabilidad y con el enorme, histórico y honroso deber que nos dio el pueblo de México para acompañar a la primera Presidenta de México, la Doctora Claudia Sheinbaum, quien estará a la altura de las circunstancias y gobernará nuestro país con ojos de mujer para proteger a todas y todos los mexicanos, con políticas públicas al alcance de toda la sociedad.