'Las montañas del Café Santa Elena'

  • Crónica
  • Susana Iglesias

Ciudad de México /

Lluvia torrencial sobre una ciudad que implora alivio ante el calor salvaje; al caerse el cielo, pide tregua. Lluvia: enorme espejo en Avenida Sara. Espejo en el que dos majestuosos gatos pardos cuyo hogar son las calles mojan sus hocicos, después levantan el rostro al cielo oscuro. Desaparecen al escuchar pasos que se acercan. Noche fría. Por allá va el señor que nunca me ha querido decir su nombre. Bicicleta azul con remolque, lleva un anafre, encima un enorme trasto de metal con café de olla, yace un recipiente más pequeño a los pies del centro de calor ambulante, bien tapado, cuando el hombre levanta la tapa el vapor escapa. Lleva en un huacal sobres de azúcar, un bote con mascabado, cajas de té. En un frasco, pequeños conos de piloncillo que sólo ofrece a “clientes frecuentes”, latas de leche evaporada, vasos de papel. Más de 25 años repartiendo buen café por toda la zona y hasta los límites de la Guadalupe Tepeyac rumbo a Reforma. El espíritu de este hombre me recuerda el olor de hermosos y buenos lugares de café que ya no existen, cada vez hay menos en la ciudad, se apagan. Hace más de 2 años, muy cerca de los límites de la alcaldía Cuauhtémoc vi unas luces a lo lejos. Me acerqué, sonaba The Smiths. Un local muy acogedor de paredes azul Prusia. El profundo olor a buen café & lavanda me hizo entrar. Una alquimista me ofreció mesa y la carta: infusiones de lavanda natural, en aquel tiempo tenía años sin beber café. Volví muchas veces para beber infusiones hasta que una tarde de verano pedí un enorme café con lavanda. Trajeron a México una planta de café en 1770, probablemente fueron holandeses. En 1802 empezó a cultivarse en Córdoba, Veracruz, en una hacienda: La Guadalupe. La revolución mexicana frenó un poco la producción masiva de café, después se reaunudó con mucha fuerza. Arábica o Robusta, la clasificación de las dos plantas que lo hacen posible. México & Colombia tienen 4 bellas y grandes cosas: paisajes de ensueño, writers relevantes, café y campesinos muy trabajadores que cultivan el mejor café del mundo, el buen café sólo crece en lugares de clima adecuado.

Café Santa Elena tiene la montaña en sus tazas: el sabor del poblado de Venecia en Antioquia y las Altas Montañas de Veracruz: Orizaba, Córdoba, Huatusco e Ihuaxtlán. Café que proviene de pequeños productores que no usan pesticidas, ¿para comer? Delicias hechas con pan fresco, sándwiches, chapatas, ensaladas, galletas caseras, pastel del día, buena selección de música. Andrea empezó a los 16 años en el mundo del café, hoy es una gran alquimista. Luis Castaño Martínez: maestro colombiano a cargo del café de este entrañable sitio. Los cafés gentrificados sobrevaluados son de mal gusto. Santa Elena, al norcentro de la CDMX en la calle Norte 48-A esquina con la 91, en la colonia Emiliano Zapata, es un paraíso. Nunca olvides que es un valioso campesino quien pone comida y buen café en tu mesa. Nunca olvides la magia de los gatos pardos.


Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.