El 6 de agosto, unas pocas semanas después de que Kamala Harris asumió la candidatura a la presidencia, anunció que había elegido a su compañero de fórmula: Tim Walz, el gobernador del estado de Minnesota. La elección de los compañeros de fórmula de los candidatos presidenciales constituye uno de los principales acontecimientos del ciclo electoral y suele generar muchas especulaciones sobre cómo afectará a la campaña. Esto parte de la premisa de que los candidatos a la vicepresidencia deben influir de algún modo en la carrera en base a sus orígenes geográficos o características demográficas. Por ejemplo, se asume que la procedencia de un candidato de un estado clave (como Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Nevada, Arizona, Georgia) ayudará con los votos en las elecciones presidenciales, o que candidatos de un cierto grupo demográfico ayudará a aumentar los votos entre votantes de esos grupos demográficos.
En el poco tiempo que Kamala Harris tuvo para elegir a su compañero de fórmula, se barajaron muchos nombres en los medios. Muchos concurrieron que tenía que ser un hombre blanco de uno de los estados clave para ganar la elección en noviembre. Finalmente, la selección de posibles candidatos se redujo a unos pocos: Mark Kelly, senador de Arizona; Josh Shapiro, gobernador de Pennsylvania; y Tim Walz, gobernador de Minnesota.
Tim Walz no viene de uno de los estados clave y hasta hace unas semanas atrás era prácticamente desconocido a nivel nacional. Eso se refleja en los porcentajes a favor de los candidatos. En casi todos los grupos demográficos, Mark Kelly encabezaba la lista con el mayor porcentaje de aprobación favorable. Le seguía Josh Shapiro en segundo lugar, mientras que Tim Walz alcanzó el porcentaje de personas a favor más bajos en todos los grupos, probablemente debido a su escaso reconocimiento.
Tim Walz había captado la atención de los medios en los días posteriores a que el Presidente Joe Biden se retirara de la carrera por su manera directa y sencilla criticar a los republicanos, llamándoles “weird”, es decir, “extraños”. Y esa resulta ser una de las ventajas de Walz: sabe cómo comunicar y conectar con los votantes sin sonar como un político. Walz viene de la América rural y tiene una trayectoria atípica para un político. Es oriundo de un pueblo pequeño de Nebraska y se mudó a Minnesota en la década e los 90 con su esposa. Sirvió 24 años en el ejército, al cual se había unido cuando tenía 17 años. Fue profesor de colegio y entrenador de futbol americano en esa escuela. Ganó la reelección 6 veces en la Cámara de Representantes. Habla de temas que importan en áreas rurales de Estados Unidos. Y en general, logra mantener un equilibrio entre las políticas progresistas y el enfoque de una América rural, utilizando un lenguaje que la gente entiende. Su perfil sirve de contraste con el candidato vicepresidencial republicano, JD Vance, quien dice entender a la América rural por sus raíces, a pesar de que su trayectoria lo llevó a Silicon Valley, donde trabajó con el multimillonario Peter Thiel, quien contribuyó a su ascenso político. El porcentaje neto a favor de JD Vance está ahora nueve puntos por debajo de la media de FiveThirtyEight.
Además de su perfil, Walz tiene experiencia y un buen récord como gobernante. Por ejemplo, Walz y los legisladores de Minnesota eliminaron casi todas las restricciones estatales al aborto promulgadas en el pasado por los republicanos, financiaron comidas escolares gratuitas para los niños, aprobaron matrículas gratuitas en las universidades públicas para los estudiantes de familias con ingresos inferiores a 80.000 dólares anuales, además de un programa de licencia familiar y médica remunerada y cobertura de seguro de salud independientemente del estatus migratorio de la persona. Por otro lado, ha sido criticado sobre su reacción ante las protestas en Mineápolis, Minesota de George Floyd, un hombre afroestadounidense que murió durante una detención policial en 2020.
El siguiente gráfico muestra el porcentaje a favor de Walz en Minnesota en 2018 cuando ganó la gubernatura. Comparado con Donald Trump, el presidente en ese momento, Walz tuvo una buena evaluación en todos los grupos, excepto entre los evangélicos y las personas en zonas rurales. Por otro lado, tanto Walz como Trump sacaron un 49% de aprobación entre personas blancas sin título universitario. Este último grupo es uno de los grupos con el cual el partido demócrata ha ido perdiendo su ventaja en los últimos años, junto a hombres en general. Según los datos del Pew Research Center, el partido republicano lleva la ventaja entre evangélicos, hombres blancos sin titulación universitaria, personas de zonas rurales del sur de Estados Unidos. En Minnesota, se ve que Tim Walz ha podido mantener el apoyo por lo menos del segundo grupo, lo cual podría ayudarlo a nivel nacional.
En fin, los candidatos a la vicepresidencia suelen ser más populares entre los votantes de su estado de origen o en ciertos grupos demográficos. Aunque Tim Walz todavía no es muy conocido a nivel nacional, ha gozado de altos niveles de popularidad en su estado y tiene las características que pueden atraer a votantes que el partido había perdido. Sin embargo, no está claro si esta popularidad se replicará a nivel nacional o si se traducirá en votos para la presidencia. Al final, la popularidad de candidatos en estados o grupos demográficos suele afectar más a los candidatos presidenciales que a los vicepresidenciales.