El Puente de las Damas

  • Vesperal
  • Tomás de Híjar Ornelas

Jalisco /

Apenas este 19 de noviembre de este año 2018 el Gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval y el Presidente Municipal de Guadalajara Ismael del Toro, recibieron de fruto de la primera fase de los trabajos de la recuperación del último de los 14 puentes que sirvieron para cruzar los caudales acuíferos que circundaban Guadalajara por sus vientos oriente (el río de San Juan de Dios) y sur (el torrente del Arenal), originado el uno por los escurrimientos del valle de Toluquilla y el otro por los del cerro del Colli.

Se trata del Puente de las Damas, nombre que alude a una asociación religiosa femenina, las Damas del Señor de la Penitencia, que en los últimos años del siglo XVIII alentaron el arranque de su construcción al calor del empuje que en ese tiempo dieron a la ciudad dos figuras primordiales en los ámbitos eclesiástico y civil para su desarrollo urbano, educativo y humanitario, el obispo fray Antonio Alcalde y el intendente Jacobo Ugarte y Loyola. Se hizo cargo de la obra el franciscano fray Lorenzo de Zúñiga y de la administración de los recursos el párroco de Mexicaltzingo, don Rafael Murguía.

El Puente de las Damas, señalaron en el acto el Gobernador y el Presidente Municipal, es parte integral del legado alcaldeano a la hoy capital de Jalisco, pues su construcción comenzó aun vivo, ya en la recta final, el Fraile de la Calavera.

También se reconoció en el acto cuánto contribuyó al rescate de esta reliquia arquitectónica el libro del maestro Enrique Ibarra Pedroza, ya en su tercera edición, que lleva por título El Puente de las Damas.

El rescate de este monumento en una ciudad tristemente ensañada contra su patrimonio edificado es una señal de aliento que esperamos se prolongue a favor de la preservación del jardín del barrio, que luego de servir durante siglos como cementerio se mudó en mercado antes de recuperarse como espacio público, pero que ahora corre ahora el riesgo de convertirse en estacionamiento o ya lo sería de no haberse concitado hace varios meses, de forma compacta y organizada, la animadversión de los vecinos. Nos compete ahora, en este caso, a la gente de a pie, articular una participación democrática firme para evitar que el interés económico se coloque por encima del ecológico.

Para que acciones como la aquí señalada tengan éxito deben anclar en la comunidad política por excelencia, el pueblo, pues ganarle la guerra al afán mercantilista, además de protestar y denunciar las políticas ecocidas, debe proponer y asumir acciones concretas, como en este caso ha de ser corregir el deterioro de la calidad de vida en la zona Centro de Guadalajara, pues no hay vecindario que resista mucho tiempo vivir cerca de cervecerías y bares, como pasó, a escasos metros del Puente de las Damas con el sitio gastronómico de las Nueve Esquinas, aun cuando en su rehabilitación se invirtieron copiosos recursos públicos en beneficio de unos cuantos y en perjuicio de casi todos.

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