Ya todos nos quedamos con un sabor del primer debate presidencial del 2024, más bien dicho los pocos que lo vimos. Apenas lo vimos 10 millones de espectadores de 130 millones de habitantes y el resultado según los comentarios en redes o notas periodísticas es que nadie ganó o los tres quedaron a deber.
Mientras lo veía, pensaba: qué diría un extranjero de un país más avanzado. ¿Todos son corruptos? Con los ataques compartidos se muestra que las dos punteras representan cómo hemos hecho política en México. Hemos estado plagados de escándalos, mala planeación, malas administraciones y aliados innombrables. El debate careció de chispa, soltura, propuestas concretas y emocionalidad. Se les olvidó a los tres que la política también es manejo de voz, lenguaje corporal, frases fuertes y pegajosas, y apelar a los sentimientos. Xóchitl lo intentó mencionando a víctimas del Gobierno de Claudia, pero sobresalió más su nerviosismo.
Nadie ganó y dudo que hayan obtenido nuevos votos. Si acaso Máynez, que fue a matar, pues puede jugar con mayor libertad con tal de ganar más votos. Vimos a una Claudia con falta de carisma, pero nada nuevo en ella, y decidida a no arriesgarse y mantener su primer lugar. Y una Xóchitl en una posición imposible; representante ciudadana y cargando con los partidos que representan el pasado. Le faltó contundencia, atacó, pero no convenció. No aprovechó todas las fallas que se critican del Gobierno actual. ¿Por qué no fue más directa en su forma de relacionar a la candidata de Morena con el Gobierno de AMLO?
Dejaron más dudas que certezas, más que un voto hacia una candidata pienso que nos dejaron la opción de un voto de castigo al Gobierno actual o irnos por lo que ya conocemos con el PRI y el PAN, pero nada nuevo. Me quedé con las ganas de que nos hablaran a nosotros los espectadores, a los jóvenes, que nos ofrecieran un diálogo como si estuviéramos frente a ellos.
La opción que tenemos no es como lo comentó Claudia, volver al pasado o continuar con la transformación, pues las dos representan lo que hemos venido siendo como país.
Requerimos algo mucho más radical, en cuanto a trabajo profundo en los grandes temas: educación, salud, seguridad y transparencia. Necesitamos un candidato que contagie su visión, entusiasmo por gobernar y propuestas claras en cada tema. Ya veremos si hay mejora en los próximos debates.