No hay niño malo

Monterrey /

Los jóvenes nos están mandando un mensaje. Nuestra ciudad se ha visto sorprendida por dos hechos en dos preparatorias: el presunto abuso sexual en Tecmilenio y el acto de aventar al aire y dejar caer al piso a un amigo en la Preparatoria 22 de la UANL. En ambos casos pareciera que los alumnos responsables carecen de sentido común, empatía, claridad del bien y mal, y de las consecuencias de sus actos.

Antes que juzgar a los menores, que no nos corresponde, más que a las autoridades, tendríamos que profundizar en las causas de dichos comportamientos. Escribí en días pasados sobre la serie Adolescencia, que elevó la conversación a nivel mundial sobre la brecha que existe entre lo que los papás saben y lo que están viviendo sus hijos.

Partir de la curiosidad y no del juicio, escucharlos más y abrirnos a todo tipo de causas y soluciones es tarea urgente, y debería de ser tema principal en la agenda pública. Pienso en estos actos y su posible relación a temas de salud mental, que va en aumento en nuestro país. Se estima que entre el 10 por ciento y 20 por ciento de los adolescentes padecen alguna enfermedad de salud mental y no son tratados, lo que impacta en su comportamiento y rendimiento escolar.

En esta realidad también entran los maestros que conviven con los jóvenes la mitad de su día y que los hace igualmente corresponsables como adultos, no de sus actos, pero sí junto a los papás y profesionales de la salud mental a seguir indagando, y así comprender lo que están viviendo.

Me gustaría pensar que no hay niños malos, sino mal atendidos o diagnosticados y que los jóvenes responsables de los hechos también son víctimas, y pueden estar careciendo de algo. Tal pareciera que la adolescencia hoy es más hostil o incluso violenta. Aún no conocemos el impacto que ha tenido el ser nativos digitales y estar pegados a un celular, situación que los distingue de otras generaciones. Y no es de extrañar que cada vez más países, 79 en total, ya prohibieron el uso de celulares en las aulas.

Cerrar esa brecha entre jóvenes y adultos es tarea urgente. Tenemos que crear ese diálogo privado y público, para conocer lo que están viviendo.


  • Valeria Guerra
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.