Pocas cosas tan importantes en las economías como el mercado laboral. Y pocas tan complicadas, también. Desarrollar la legislación correcta que equilibre una suficiente protección a los trabajadores otorgando a la vez la flexibilidad necesaria para que el mercado crezca y sea dinámico es tarea compleja. El mercado laboral en México es dual. Por un lado, se encuentra el sector que opera en la informalidad, siendo profundamente flexible, pero con ninguna protección a los trabajadores. Y por otro, tenemos un mercado formal, con regulación abundante y onerosa por el pago de impuestos y contribuciones; un sector que protege al trabajador y que está fiscalizado. La línea que divide a ambos en ocasiones no es tan clara; hay empresas formales con trabajadores contratados de manera informal y trabajadores independientes, sin vínculo laboral con ninguna empresa, pero al día con sus obligaciones fiscales.
Ese es el mercado que hemos diseñado a lo largo de los años. Así, hablar del mercado laboral mexicano es confuso. Con los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, la ENOE, la tasa de desocupación del tercer trimestre de este año fue 3.7% de la PEA, que equivale a 2.1 millones de personas. En el mismo trimestre del año anterior, fue 3.5%, alrededor de 1.9 millones. 213,360 personas desocupadas adicionales en un año. Esta tasa únicamente hace referencia a las personas que no trabajaron durante determinado periodo y han estado buscando activamente empleo.
En la informalidad, definida grosso modo como aquellas personas que, a pesar de tener un vínculo laboral con alguien, éste no lo reconoce mediante el pago de cuotas al sistema de seguridad social, se ubica 56.4% de la población ocupada, aproximadamente 31 millones de personas. Aunque la tasa de informalidad haya visto una ligera disminución en un año, hay más de 500 mil personas adicionales en la informalidad de lo que había el año pasado.
Del otro lado de la moneda, en lo que va del año se han incorporado 648,059 plazas formales cotizando al IMSS. Es el número más bajo para un periodo comparable desde 2013. El ritmo de creación de empleo formal se ha alentado. Por un lado, en la medida en la que la base de comparación sea cada vez mayor, será cada vez más difícil mantener la tasa de generación de empleo formal creciendo. Pero, si al mismo tiempo consideramos una economía estancada con una inversión que continúa decreciendo, pues el reto de crear cada vez más empleo formal, logrando incidir en la disminución de la informalidad, se antoja imposible.
Mientras discutimos las complejidades del mercado laboral mexicano y sus enormes retos, se alcanza el retiro parcial máximo de las Afores desde que el sistema fue creado. Entre enero y octubre se retiraron 10 mil 50 millones de pesos del sistema por los trabajadores que han perdido su empleo. La disposición por desempleo fue 24% mayor a lo registrado el año pasado. Los trabajadores que están disponiendo de sus recursos ahorrados tendrán que reponerlos o acumular más semanas de cotización.
No se puede tapar el sol con un dedo. El mercado laboral se complica y los números así lo muestran. Como ya se ha dicho en este espacio, crecer sí importa.
@ValeriaMoy