Desarrollo con igualdad

  • Columna de Vanessa Rubio Márquez
  • Vanessa Rubio Márquez

Ciudad de México /

En México, las mujeres han logrado grandes avances en materia de igualdad de género: han pasado más de 60 años del otorgamiento del derecho al voto a la mujer.

Las mujeres ya son mayoría en el padrón electoral y han estado representadas por legisladoras locales y federales, gobernantes municipales y locales, magistradas y jueces de todos los niveles, múltiples subsecretarias y secretarias de Estado, embajadoras, y cinco candidatas a la Presidencia de la República.

En el Poder Legislativo el cambio ha sido notable: la presencia de mujeres en la Cámara de Diputados pasó de 11.6 por ciento en 1988 a 42.4 por ciento en 2015.

No obstante, las mujeres aún enfrentan obstáculos, discriminación y violencia, que inhiben su plena realización personal. En promedio, las mujeres mexicanas ganan alrededor de 70 por ciento del salario de un hombre por la misma labor.

Por ello, es necesario impulsar su educación, pues el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) estima que por cada grado de secundaria que una mujer finaliza, puede obtener un aumento salarial de entre el 15 y el 25 por ciento.

También, un tercio de los hogares pobres en México, son liderados por una jefa de familia. Si consideramos que en el 25 por ciento de los hogares mexicanos, el esfuerzo de la mujer es quien saca adelante a sus hijos, queda claro que para abatir la pobreza es necesario empoderar a las mujeres.

Puesto que el 35 por ciento de la población femenina con hijos trabaja en el sector informal, se necesitan impulsar proyectos públicos y privados que les brinden oportunidades para poder desarrollarse profesionalmente.

Las mujeres han demostrado que son responsables, pues de cada 100 que solicitan un préstamo para invertir en su empresa, el 99 por ciento salda sus deudas de manera íntegra. Igual o más urgente es asegurar que no sufran maltrato o discriminación alguna. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que, cada año, 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más padecen algún incidente de violencia.

El Plan Nacional de Desarrollo 2013–2018 incluye por vez primera la perspectiva de género como una estrategia trasversal y como un principio esencial para consolidar el desarrollo del país. En concordancia con ello, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) fortalece esta perspectiva para garantizar el empoderamiento de las mexicanas, tanto al interior de la institución como en todas las esferas de la ejecución de la política social.

La misión y responsabilidad de la Sedesol es que en México haya un desarrollo con igualdad. Un desarrollo que favorezca a los 119 millones de ciudadanos mexicanos, sin importar su condición ni su género. Por ello, hoy la Secretaría apoya a más de 27 millones de mexicanas a través de sus 17 programas, algunos de los cuales están pensados principalmente en los desafíos que enfrentan las mujeres.

Desde 2013, el Seguro de Vida para Jefas de Familia garantiza la educación hasta nivel superior de los hijos de las mujeres que aportan el principal o único ingreso a hogares de escasos recursos. El Programa de Estancias Infantiles permite que las mujeres que quieren continuar sus estudios o permanecer en la fuerza laboral puedan tener la confianza que sus hijos están en buenas manos. Y el Programa de Apoyo a las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas brinda atención a mujeres que han sufrido de violencia.

Con las acciones que emprende la Sedesol, la política social de México tiene una visión, misión y métodos claros hacia la igualdad sustantiva, el empoderamiento económico y la plena participación de las mujeres. Igualmente, el involucramiento de todos los niveles del gobierno y todos los actores de la sociedad, es esencial para incrementar el alcance, efectividad y sostenibilidad de las acciones llevadas a cabo para la igualdad.

De tal manera que exista el firme compromiso de que no sólo tengamos un México más próspero, sino un México de equidad. Se debe continuar trabajando en todos los ámbitos para que haya un verdadero reconocimiento, valoración y expresión, de lo que las mujeres aportan a nuestras familias, a nuestra sociedad, y a nuestro querido país.

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