Las últimas semanas he pensado muchas ideas en torno al feminismo. El asunto está constantemente en la mesa: lo veo en los medios de comunicación, lo escucho en las conversaciones casuales e, incluso, en acaloradas discusiones entre hombres y mujeres, pero siempre siento que algo no se entiende, que no se llega a buen puerto.
Me he dado cuenta de que ellos no tienen la misma comprensión que nosotras sobre lo que significa pertenecer al sexo femenino porque, simplemente, jamás han estado en los zapatos de una mujer y no han vivido toda esa serie de situaciones, aparentemente sencillas pero constantes, que nos pasan a todas (no hay que ser “guapa” o salir de noche para que sucedan). Es algo desconocido e impensable, como que les digan que existe otro planeta dentro de la Tierra.
Solía pensar que nunca me había pasado algo negativo por el hecho de ser mujer, hasta que me invitaron a escribir una columna de opinión sobre el acoso en este diario y, haciendo memoria, me di cuenta de que toda mi vida, de una forma u otra, me he enfrentado a situaciones desagradables porque soy mujer. Cosas que, de tan pequeñas y frecuentes, no había comprendido. Después de eso, me asumí como feminista.
Tengo amigos que me han enseñado cosas importantes y a quienes trato de hacerles ver todos esos micromachismos que van ejerciendo, a veces relacionados con la manera en que interpretan algún asunto relacionado con las mujeres. Aprovecho la oportunidad para decirles lo que acabo de notar. Ellos me lo agradecen, aunque me ha tocado quien dice: “¡Uy, ya no les podemos decir nada porque se molestan!”. Creo que, justamente, decir eso es algo que no debiera seguir pasando.
Esta semana recibí el libro Morder la manzana. La revolución será feminista o no será, escrito por la actriz, guionista y cineasta española Leticia Dolera, para Planeta. Una chica que me vio con él en la mano me comentó que le había gustado pero le parecía un feminismo básico. Le contesté que, de acuerdo a mi experiencia escribiendo desde hace 17 años esta columna, funcionaba mejor (en productos comerciales) hablar de manera sencilla, familiar y amable que de forma académica y rebuscada. Y creo que ese es el primer acierto de este ejemplar de quien protagonizara la campaña “No es no”, en Madrid, contra la violencia machista.
Entre sus capítulos, se encuentran: “¿Qué es el patriarcado?”, “¿Qué es el androcentrismo?”, “¿Es necesario el feminismo?”, “La sororidad”, “Algunos hombres sabios empeñados en definir a las mujeres”, “La revolución sexual”, “Cultura de la violación”, “El amor romántico” y otros más que, en conjunto y de manera hasta divertida, van respondiendo por qué estamos exigiendo respeto, igualdad de condiciones, alto a la violencia.
Ya lo dice Leticia al cierre de su libro: “Así que hijas de Pandora, Eva y Lilit… ha llegado la hora de la revolución y esta será feminista o no será”.
***
Las frases de Leticia Dolera
Encontré, a lo largo de su libro, varios párrafos que me gustaron y aquí les comparto algunos:
“Buscamos una respuesta a por qué vamos por la vida teniendo experiencias que nos hacen sentir mal y que luego nos empeñamos en naturalizar o justificar. Experiencias que muchas veces tienen que ver con nuestro cuerpo o nuestra condición de mujeres”.
“El feminismo no es lo contrario del machismo, no son antónimos… el machismo es una actitud o manera de pensar que sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer. El feminismo no sostiene que la mujer sea superior por naturaleza al hombre. El feminismo no habla de superioridad, sino de igualdad.”
“Mientras el imaginario cultural siga siendo patriarcal, nuestra imaginación y nuestras relaciones también lo serán. Por mucho que seamos iguales ante la ley.”
“El problema es que los prejuicios son mucho más difíciles de cambiar porque no se sustentan en la lógica ni en la razón, sino en lo subjetivo y lo emocional y ahí como se llega no es a través de una ley, es a través del relato cultural. Luego, ¡cambiemos ese relato! ¡Construyamos un mundo más justo!”
“¿Y qué son los micromachismos? Pues esos detalles cotidianos de los que las feministas nos quejamos y al hacerlo somos tachadas de pesadas o recibimos miradas condescendientes.”
“Cuando empecé a ser actriz, los referentes de mujeres de éxito que veía en los medios estaban muy relacionados con la sexualidad; no ellas, no sus carreras, no su talento o su discurso, pero sí los espacios que les daban en los medios y por lo tanto el relato con el que yo construía una idea de éxito si eres mujer.”
Tras acabar de leer Morder la manzana. La revolución será feminista o no será, pienso que es un libro que puede y debería ser leído por mujeres de todas las edades pero, sobre todo, por hombres de todas las edades. Si un chico adolescente lo lee, es muy probable que comprenda cosas que nadie le había enseñado hasta ahora, y si un adulto le echa ojo, quiero creer que entenderá que no estamos locas, sino que deseamos tener una vida en igualdad para que podamos caminar en unidad.
elsexodromo@hotmail.com
@draverotika
FB: La Doctora Verótika