La biología del cambio

  • La pluma en el mapa
  • Verónica Sánchez

Ciudad de México /

"Los problemas significativos que enfrentamos no pueden ser resueltos con el mismo nivel de pensamiento que teníamos cuando los creamos". Albert Einstein

Hace unos días escuchaba un seminario de Joe Dispenza, un investigador quien por años se ha dedicado al estudio de la mente humana, su funcionamiento y almacenamiento de información. Hoy vivimos en un mundo que cambia constantemente y nos obliga a adaptarnos a nuevas realidades; por ello llamó mi atención la teoría de Joe Dispenza sobre el cambio.

Como decía un buen amigo, "si quieres obtener respuestas diferentes, solo tienes que hacerte preguntas diferentes", y es que muchos de nosotros deseamos cambios en nuestras vidas, pero al mismo tiempo seguimos repitiendo los mismos patrones.

La mayoría de las personas esperan el drama, la crisis, o la enfermedad, para hacer cambios; ¿pero qué ocurre cuando ninguna de esas razones es suficiente? Cuando queremos algo diferente en nuestra vida y simplemente no sucede, seguimos pensando siempre de la misma forma, actuando bajo los mismos hábitos y experimentando las mismas emociones.

Un porcentaje importante de las muertes en el mundo se atribuyen a factores sociales o de comportamiento derivados de la carga social y estrés, según la Asociación Estadounidense de Psicológica. De ahí que uno de los cambios más buscados por los seres humanos es disminuir los niveles de estrés.

Dispenza explica que nuestros pensamientos parten de emociones instaladas en nuestro cuerpo según las experiencias que hemos vivido, algunas de ellas negativas, incluso traumáticas. Estas experiencias arraigadas a nuestro cuerpo, condicionan nuestra vida a tal punto que nos limitan a aspirar a nuevas realidades. Esto aunado a las rutinas del día a día que hacen que nuestros comportamientos se orienten a esas tendencias.

Por ejemplo, supongamos que queremos cambiar y mejorar nuestro nivel de estrés del día a día; pero resulta que todos los días te despiertas por la mañana, vas al mismo lugar de trabajo, te sientas en la misma oficina, tomas café en el mismo termo, te encuentras con las mismas personas, y haces las mismas cosas. ¿Cómo cambiar un pensamiento o estado de ánimo cuando el entorno es siempre igual? Si todos los días te confrontas con esa persona o situaciones que presionan esos botones de estrés, inconscientemente se está llevando a la mente fuera de balance y los efectos a largo plazo crean sensaciones de enojo, agresión, odio, juicio, miedo, ansiedad y depresión.

La buena noticia es que si aprendemos a entender el cómo se crean los hábitos, seremos capaces de reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan nuevos y creativos comportamientos; a esto le llamamos plasticidad cerebral.

Si de cierto modo aprendemos a "re-programar" nuestro cerebro, desaprendiendo emociones negativas del pasado y experimentando nuevas emociones que generen "reacciones químicas positivas", intuyo que el cambio puede ser de una gran magnitud.

Tomado desde otro punto de vista, si ante una situación de insatisfacción insistimos en aplicar los mismos mecanismos mentales que hemos aplicado a lo largo de nuestra vida y que siempre nos han llevado de vuelta hacia una nueva insatisfacción, jamás nos libraremos de ese círculo vicioso . Por el contrario, si nos enfocamos hacia nuevos objetivos, ya sea en el ámbito profesional o personal, y lo hacemos con confianza, es muy probable que se materialicen.

Las emociones son parte fundamental en nuestra vida y no hay nada de malo en reaccionar, la pregunta es cuánto tiempo puede durar en esos químicos en nuestra mente y cuerpo. Si mantenemos esas reacciones emocionales por horas o días se convierten en estado de ánimo, y peor aún, si continúa ese periodo emocional por semanas o meses se convierte en temperamento.

Por ello es importante observar nuestras emociones capa por capa; si las emociones negativas continúan todos los días en nuestra vida, entonces vivimos en el pasado y no permitimos que ingrese nueva información.

Por lo tanto mientras más cortos sean los periodos de estrés, o enojo, podremos ya controlar nuestra percepción ante cada cosa que suceda.

Cada vez que aprendemos algo nuevo, hacemos nuevas conexiones neuronales que eleva nuestro nivel mental, entonces al experimentar nuevas circunstancias, redefinimos esa estructura psicológica y neuronal.

El primer paso es querer establecer una nueva mentalidad

¿Qué tengo que hacer para ser exitoso?, ¿cómo puedo lograr ciertos objetivos?, pues comenzando a instalar nuevos patrones en tu mente.

Cito una frase de Joe Dispenza que resume esto muy bien: "Las implicaciones del desarrollo cerebral son extraordinarias, el simple hecho de pensar de una manera nueva y distinta altera nuestro futuro. Entender que nuestros pensamientos controlan el entorno, en lugar de que éste nos lleve a pensar de determinada manera, nos convierte finalmente en la causa y no en el efecto.

Verónica Sánchez

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