“La igualdad de las mujeres debe ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos”.
Kofi Annan
Nacer mujer no debiera representar una desventaja, no debiera significar que se va a ganar menos, que se va asumir la responsabilidad del trabajo doméstico sin recibir un sueldo, estar expuesta a algún tipo de violencia en el hogar o en los espacios públicos, no debiera tampoco traducirse en asumir la responsabilidad de un hijo o de un matrimonio aún siendo niña, ni mucho menos morir solo por el hecho de ser mujer.
La violencia contra la mujer es una realidad, no solo se le ha asesinado, también la discriminación que sufre en diversos ámbitos es un tipo de violencia, mucho tiempo se le hizo a un lado de la decisiones importantes, de la política, los estereotipos de género le asignaron como su único lugar de desarrollo el de la casa, el del trabajo doméstico y cuidado de otras personas.
No obstante se reconoce en la Constitución la igualdad entre hombres y mujeres, así como en diferentes ordenamientos internacionales, y se considera un Derecho Humano indispensable para el desarrollo de la sociedad, la igualdad entre los sexos aún dista mucho de ser una realidad.
Diversas Asociaciones Civiles, organismos internacionales de Derechos Humanos, institutos de la mujer, han buscado la construcción de políticas públicas y acciones afirmativas que acorten la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, para lograr una igualdad sustantiva y no solo legal, pero aún falta mucho por hacer.
De acuerdo al informe de ONU Mujeres 2017, el 66.1% de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia y 41.3% han sido víctimas de violencia sexual en algún momento de su vida, lo que significa que al ser tantas mujeres las que han llegado a sufrir violencia, muchas veces se llegó a considerar como normal.
De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en México se mata entre 9 y 10 mujeres al día, el número de asesinatos de mujeres en 2017 fue de 3 mil 272 casos y solo hay 735 indagaciones por feminicidios; en 2018 hubo 3 mil 580 muertes violentas de las que solo 834 son investigadas por feminicidios.
Una forma de disminuir la violencia contra las mujeres, sin duda, es la educación, modificar las creencias y valores que les enseñamos a nuestros hijos e hijas, dejar atrás la idea que el hombre tiene que afianzar su poder, porque esto termina en machismo, y también olvidarnos de enseñar que las mujeres deben encontrar al príncipe azul que rescate su vida, porque la historia solo concluye en sumisión y dependencia.
La lucha por la igualdad no debiera ser solo la causa de las mujeres, sino de toda la sociedad, tenemos que luchar por nuestra madre, hermana, hija o esposa, por construir juntos un futuro en el que salgan a la calle sin miedo, que puedan acceder al trabajo de sus sueños sin sufrir discriminación y donde su integridad física se mantenga intacta.