Leucemia Infantil

León /

Cada año, el mes de septiembre es dedicado a la Concientización Internacional del Cáncer Infantil, un esfuerzo global para visibilizar una de las principales causas de mortalidad entre niñas, niños y adolescentes. Se estima que aproximadamente 280 mil casos de cáncer pediátrico son diagnosticados anualmente en todo el mundo, afectando a la población de entre 0 y 19 años. En México, la cifra es alarmante: cerca de 7 mil casos nuevos de cáncer infantil son reportados cada año, y más de la mitad de ellos (52%) corresponden a leucemias. Este panorama requiere una respuesta coordinada no solo en términos de tratamiento, sino también en la prevención, la reducción de las desigualdades y la mejora de los sistemas de salud.

El cáncer infantil es una enfermedad devastadora que afecta no solo a los pacientes, sino también a sus familias y comunidades. En países de ingresos altos, más del 80% de los casos de cáncer infantil se curan gracias a sistemas de salud robustos, diagnóstico temprano y acceso a tratamientos especializados. Sin embargo, en países de ingresos medianos y bajos, esta tasa de curación oscila entre un 20% y un 60%, lo que refleja una gran desigualdad en el acceso a servicios de salud de calidad.

En América Latina y el Caribe, aproximadamente 29 mil niños y adolescentes serán diagnosticados con cáncer cada año, y de estos, cerca de 10 mil morirán. Estas estadísticas no solo reflejan la gravedad de la enfermedad, sino también las limitaciones sistémicas en el acceso a tratamientos efectivos y la falta de infraestructura adecuada para enfrentar el cáncer infantil de manera oportuna.

El Lazo Dorado, símbolo de la concientización del cáncer infantil, representa la fortaleza y el coraje de las niñas y niños que luchan contra esta enfermedad. Como el oro, estos pequeños pacientes enfrentan una prueba de resistencia y valor que debería ser acompañada por un esfuerzo internacional para mejorar su acceso a cuidados médicos, reducir las desigualdades y apoyar tanto a las familias como a los profesionales médicos en su lucha contra esta enfermedad. Uno de los problemas más graves en el tratamiento del cáncer infantil es la desigualdad. Los países con sistemas de salud robustos y acceso a tecnología avanzada pueden diagnosticar y tratar el cáncer en sus etapas más tempranas, lo que mejora considerablemente las tasas de curación. Sin embargo, en países de ingresos medianos y bajos, las deficiencias en infraestructura médica, falta de personal capacitado y acceso limitado a medicamentos esenciales generan retrasos en el diagnóstico y tratamiento.

En México, estas disparidades son evidentes. Mientras que algunos hospitales cuentan con instalaciones y personal especializado para tratar el cáncer infantil, en muchas áreas rurales y marginadas, el acceso a un diagnóstico temprano es limitado, lo que reduce las probabilidades de una cura. Además, las familias que enfrentan esta enfermedad en condiciones de pobreza suelen tener dificultades para acceder a servicios médicos debido a los costos, la distancia a centros especializados y la falta de información. El cáncer infantil no solo debe ser visto como un problema médico, sino también como una crisis de salud pública que tiene implicaciones sociales y económicas. La falta de atención adecuada no solo lleva a la pérdida de vidas, sino que también genera una enorme cantidad de años de vida perdidos y cargas económicas tanto para las familias como para los sistemas de salud.

La atención integral del cáncer infantil incluye no solo el tratamiento médico, sino también el apoyo psicológico y social para los pacientes y sus familias. En este sentido, es crucial desarrollar políticas públicas que prioricen el acceso a tratamiento oncológico para la infancia, así como programas de apoyo económico que reduzcan la carga financiera sobre las familias. Una de las claves para reducir las tasas de mortalidad por cáncer infantil es la implementación de programas de prevención y diagnóstico temprano. En los países de ingresos altos, estos programas están bien establecidos y permiten identificar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando es más tratable.

México y otros países de la región deben invertir en programas de concientización que eduquen a los padres, maestros y profesionales de la salud sobre los síntomas del cáncer infantil y la importancia del diagnóstico temprano. Además, es fundamental asegurar que todos los niños tengan acceso a los exámenes y pruebas necesarias para detectar la enfermedad en sus primeras etapas. Otro aspecto crucial en la lucha contra el cáncer infantil es la inversión en infraestructura médica y la capacitación de personal especializado. Esto incluye desde la construcción de unidades oncológicas pediátricas hasta la capacitación de médicos y enfermeras en el manejo de casos de cáncer infantil. El fortalecimiento de la infraestructura no solo mejorará el acceso al tratamiento, sino que también reducirá las desigualdades en la atención médica.

El cáncer infantil es una de las mayores tragedias de salud pública que afecta a niñas, niños y adolescentes en todo el mundo. Durante el mes de Concientización del Cáncer Infantil, es crucial recordar que el objetivo debe ser garantizar que todos los niños, independientemente de su lugar de origen o situación económica, tengan acceso a un tratamiento adecuado.


  • Víctor Andrade Carmona
  • victor.andradeca@anahuac.mx
  • Médico investigador del movimiento Ciencia Previene Violencia, una iniciativa del Instituto de Salud Pública Anáhuac, Universidad Anáhuac.
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.