Las redes sociales se convierten cada día en un cuchillo de dos filos donde la prudencia, el análisis, la concertación y el acuerdo se encuentran en serio peligro de extinción. La pandemia causada por el coronavirus, causa un aflore entre la mayoría de los usuarios de la cara menos amable.
Y entre tantas filias y fobias, rencores, ataques verbales y contraataques, otro virus aparece con más frecuencia de lo habitual, incluso en tono mayor al notarse desde el uso de la tecnología, esas ganas de tener el foco de atención, de acaparar miradas, voces y la agenda. Es el protagonismo desmedido.
Con la emergencia de salud abundan los “videos testimonios”, en algunos con denuncia de las carencias en hospitales públicos por el equipo necesario para enfrentar los casos que cada día crecen. Imágenes muestran las condiciones precarias en los nosocomios, sin embargo, en otros más solo aparece una persona.
Un caso sucedió el fin de semana, donde a muchos le hicieron creer unas palabras de Bertha Salinas, directora del Hospital Cemain de Tampico, lo cual resultó ser falso quien protagonizó la grabación. Sí, el registro de lo mencionado es válido, pero la manera de circularlo resultó burdo, con un uso indebido hacia una profesionista destacada.
No es el único caso. Otra acción vil fue la aparición de las hijas de un enfermo en Nuevo León, o mejor dicho, se grabaron para presumir el caso. Ni qué decir cuando en los grupos de WhatsApp o en muros de Facebook, se comparten tantas cosas donde importa más un like que su veracidad.
El narcisismo suele ser un defecto por encima de una virtud del ser humano. Cuando nos encontramos en un escenario donde lo correcto es estar bien informado, protegido, conocer qué medidas tomar en caso de enfermarse, el uso de las plataformas digitales son totalmente desaprovechadas, primero en quienes emiten el mensaje y segundo, en la población que lo replica.
México es un país que carece de mucha cultura, entre ellas la investigación a fondo, el análisis frío. El covid-19 deja a muchos habitantes en terrible evidencia, sin importar su ideología se los come el hígado, el rencor. Este encierro también es motivo para la reflexión, pero a muchos les vale madre. _