Este lunes se cumple el primer mes de campaña federal en México, con ciertos momentos polémicos y de confrontación entre los tres aspirantes presidenciales; pero en el panorama nacional e incluso dicho por la propia iniciativa privada (lo puntualizó la Coparmex Tampico), existe desencanto por el proceso previo a la elección del 2 de junio.
Los patrones reconocen el poco ánimo entre los ciudadanos por adentrarse en la contienda que enfrenta, al menos “por la grande”, a Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez.
Los rivales hacen un esfuerzo pero no logran entusiasmar a la gente y, al contrario, hasta aquellos que no congenian con la Cuarta Transformación se convencen del proyecto de su candidata, la corcholata de Andrés Manuel López Obrador.
Esto sucede mientras en Tamaulipas la batalla por el Senado de la República se ha convertido en un tema singular, ante la postulación y el desarrollo como candidato del ex gobernador Eugenio Hernández Flores.
Lo que para muchos era una vacilada, la estrategia enviada por Manuel Muñoz Cano le funcionó desde el pasado 1 de marzo.
El victorense ha sacudido las fibras más sensibles de la política en todos los rincones. Unos son los priistas, otros son los afectados por el Cabecismo, pero un tercero y muy generalizado es la población que, a pesar de sus seis años de encarcelamiento, no tienen empacho en saludarlo y recibir un trato más que cordial.
En pocas palabras, el carisma de Geño no lo trae su competencia. Genera celo, miradas serias y hasta es tema de quienes se sienten ensombrecidos por su figura. A varios no les agrada, desde quienes radican en Texas, en Reynosa e incluso en la propia capital.
Así (e insistimos), habrá a personas que no les guste, pero Eugenio es el personaje en 31 días de campaña federal, le ha dado un sentido diferente para un cargo en teoría sin tanto interés.
No debería ser sorpresa verlo en la próxima legislatura como primera minoría.
Sobre lo último, hacemos una propuesta como ejercicio social: poner a todos los candidatos a la Cámara Alta tamaulipecos, las cinco fórmulas, en una plaza pública, ya sea en una esquina o en un módulo.
Sin banderas, ni estructura, podemos medir por naturalidad quién tiene arrastre. ¿Le entrarán?