A pesar los casi 600 kilómetros de distancia, el vínculo entre Tampico y Monterrey no se forja ni en documentos como tampoco en la historia de cada ciudad; se basa en las personas, hombres y mujeres quienes comparten una vida entre ambas regiones, algunos con la intención de crecer económica y personalmente; otros, obligados por las circunstancias a emigrar.
Se habla de una peculiar rivalidad entre habitantes de la capital de Nuevo León y el puerto tamaulipeco, lo cual se forjó en el pasado. Hoy en día, mientras el puerto trata de abrirse paso más allá de la huasteca, lugar donde mantiene un reinado literalmente inderrocable, el regiomonte da pasos más agigantados en su misión de ciudad vanguardista.
Esto, el desarrollo de la región rodeada entre montañas, sacude a los jaibos. No solo quienes ambicionan una mejor calidad de vida, se sacrifican y van hacia una aventura; también personas y familias con el capital económico suficiente para adentrarse en un mercado difícil. Pero si se alcanza, el éxito es redituable.
A esa apuesta, vemos la expansión de franquicias como Los Curricanes y El Lindero, restaurantes con platillos típicos locales con presencia en el área metropolitana, al cual llegaron por su cuenta Grupo Jaktur, agencias aduanales, comerciales y otras marcas como las Tortas Yoya o la Panadería Juancho.
Como agregado, profesionistas lograron llegar hasta altos puestos directivos en empresas, sin dejar fuera quienes por desempeño en la función pública, pasaron parte de su vida con residencia en la Sultana del Norte. También en el deporte como en la ciencia, la medicina y hasta en la política, existe mucha historia.
Parte de esta comunidad empresarial ha sido buscada por autoridades municipales, invitados a contribuir en el desarrollo de la zona sur del estado en su conjunto. No olvidemos, el año pasado tuvieron un encuentro con el alcalde Chucho Nader, donde el munícipe les pidió voltear a su terruño e invertir.
Hay una clara realidad: son visiones, estrategias y mercados muy distintos, pero si algo pasa en Tampico es reconocer el mundo existente más allá de la frontera de la huasteca. Por algo, la contribución de los jaibos adoptados en Monterrey ayudará mucho. _