La sobreentendida situación en México y a nivel global ante el coronavirus, causado por “un idiota que se le ocurrió comer caldo de murciélago” (según manifestó en redes sociales un joven canadiense atrapado en Tampico, sin poder ir a la playa) provoca dos temores en la población en general: problema de salud y una emergencia de víveres.
Mientras las peticiones hechas por los empresarios a las autoridades para mitigar la eventual crisis económica por venir, solo tuvieron respuesta en los alcaldes Chucho Nader Nasrallah de Tampico y Adrián Oseguera Kernion en Ciudad Madero, en el gobierno estatal le dan más vueltas al asunto como carrusel, en tanto la Federación dio un tajante no.
En ese nivel de discusión está el futuro panorama financiero de nuestra región, estado y país; sin embargo, no supera otra arista muy elemental ante tantos sucesos acumulados en estos días, como es combatir la pandemia, tener la limpieza adecuada, el cambio de clima y el bienestar de las familias.
Ahí, coinciden los servicios de energía eléctrica y agua potable.
Por un lado, la Comisión Federal de Electricidad juega un papel elemental en su suministro: para los hospitales en la atención de pacientes por los aparatos a requerirse, así como en las casas donde estarán los enfermos en cuarentena.
Lo mismo sucede con los organismos operadores del agua, como en el caso del sur de Tamaulipas es la Comapa. La principal encomienda de las autoridades sanitarias para nosotros es tener las manos limpias; ahora, agreguemos que hace mucho calor.
Todavía para este miércoles, antes del cierre de edición, esperábamos de ambas dependencias esa gran noticia, la condonación de pagos de luz y agua, en beneficio de los usuarios. Digo, ya lo hicieron los bancos y se pusieron a la altura de las circunstancias que padecerán millones ante la falta de actividad, y por ende, de circulante.
Difícilmente veremos una determinación de enorme alcance. Lo único seguro es la aparición del tenebroso y horripilante recibo, quizá más elevado de lo acostumbrado por tanto tiempo de encierro. El consumo de ambos es inevitable. Ya no insistan.
En las oficinas de CFE y Comapa, cuando se les pide una postergación, se escuchan sonoras carcajadas. _