El deporte profesional en Tamaulipas vivió su propio martes negro. La mayoría de los dueños de la Liga Ascenso Mx de futbol terminaron tanto con el Torneo Clausura 2020 y con la misma categoría. Se abrirá una competencia para desarrollar talentos, pero ninguna franquicia podrá llegar a la Liga Mx en cinco años.
Fueron nueve votos a favor de la propuesta de los 12 participantes, entre ellas Grupo Orlegi, propietario de la Jaiba Brava TMFC (Tampico-Madero, para hacerlo más entendible). Su motivo fueron las pérdidas económicas arrastradas desde meses y con el covid-19 en contra, explotaron. Sin embargo, con anterioridad muchas fuentes cercanas advertían de esta decisión.
Duros cuestionamientos de aficionados celestes a su directiva, propietaria de Santos Laguna y Atlas, este último involucrado en problemas de descenso. Con esto, salvan el prestigio y de otras 17 escuadras. Dicen quieren meter la plaza entre los 20 seleccionados para una nueva temporada, lo cual está más difícil que ganar el campeonato en la cancha.
Como dato, en el 2016 se le advirtió a Javier San Román y su familia el riesgo de la sociedad con Alejandro Irarragorri; al final perdieron ellos y la fanaticada. Resultados contundentes: solo dos veces llegó a la liguilla, muchos torneos en los últimos sitios de la tabla porcentual (con descenso incluido), más lejanía de la afición hacia un espectáculo barato con precio muy caro.
El otro afectado es Ciudad Victoria y sus Correcaminos de la UAT, equipo al cual el Gobierno del estado, el mismo que se endeudará con 4 mil 600 millones de pesos para combatir el coronavirus, le pone más de $300 millones del erario para sostener plantilla, cuerpo técnico, directiva y empleados al “Cruz Azul” de la Segunda División (por salados). Esta vez no hay poder político ni económico que los rescate.
El 14 de abril es la fecha de muerte del futbol tamaulipeco. Lejano se ve aquel mayo de 1995, cuando el estado tuvo representante en la Primera División por última vez. Llegaremos a 25 años y quizá muchos más.
Irónico, los seguidores naranjas lloran y hacen tremendo berrinche “de su desaparición”, cuando las burlas hacia los jaibos por el mismo tema hace años no paraban. No aguantan nada. _