El cierre del 2025 y el arranque del 2026 coincidirá con una noticia tomada bajo una decisión de otro país pero con implicaciones para la zona sur de Tamaulipas, misma donde empresas locales encontraban un mercado próspero iniciado en mayo pasado.
La administración del presidente Donald Trump detuvo la construcción de 5 parques eólicos localizados en la Costa Este, proyectos considerados clave para abastecer la alta demanda de energía creciente por la Inteligencia Artificial, con miles de millones de dólares de inversión ya aplicada.
Ambos planes están catalogados como los más grandes hasta la fecha, sin embargo, el Departamento Interno argumentó que el Pentágono afectaba sus operaciones militares, es decir, sus turbinas causan interferencia en los radares militares y es un riesgo a la seguridad nacional.
Mientras demócratas acusan directamente a Trump por ser claro opositor de las energías limpias, considerandolas expresamente “feas, costosas e ineficientes”, varias firmas involucradas reaccionaron, entre ellas Iberdrola, una de las afectadas al participar en el plan Vineyard Wind 1, en Massachusetts.
Pero para nuestra zona de influencia, la orden incluyó el proyecto Coastal Virginia Offshore Wind (CVOW), a cargo de Dominion Energy. La compañía agregó que son 90 días de suspensión, defendió dicho proyecto pues aporta a la realidad energética, tiene el apoyo bipartidista y apoya el crecimiento de la IA, cada vez más necesitada de fuentes de abastecimiento.
La proveeduría más importante de la obra privada, las construcción de torres, se encuentra en Altamira. Firmaron un acuerdo con Windarmex para diseñar y materializar las estructuras, iniciando con la exportación en la pasada primavera desde el puerto de Altamira. Cabe señalar que en este plan también colabora Siemens Gamesa.
En tanto surge la incertidumbre por el golpe que representa a la mano de obra en territorio tamaulipeco, más las negociaciones a fin de reanudar el programa de trabajo, el actual gobierno estadounidense influye negativamente en el recinto fiscalizado. La prueba son los aranceles al acero y aluminio, arrastrando el envío de autos nuevos.
En tanto, la Asipona ve las cosas diferentes y augura que con el Plan México y tres nuevas terminales seguir en competencia.