Desinformados pero conectados

Tamaulipas /

Transitamos al segundo semestre del 2025 y nos encontramos inmersos en un cambio profundo: los mexicanos estamos dejando atrás las fuentes tradicionales y migrando masivamente al universo de las redes sociales, mensajería y video. Según el Digital News Report 2025, el consumo de noticias a través de redes subió 6 puntos, consolidándose como canal dominante, especialmente entre los jóvenes.

El smartphone se ha convertido en el nuevo quiosco (en el pasado queda el emblemático sitio para comprar periódicos y revistas): WhatsApp, Facebook, YouTube, TikTok o Instagram son los primeros lugares a los que llegamos cada día por información, entretenimiento o alarma colectiva.

Nuestro pulgar desliza, da “check” o comparte contenido sin apenas comprobar su veracidad.

Los dispositivos móviles, además, han cerrado la brecha digital: cuentan desde la zona urbana hasta la más remota.

En tanto, el audio y el video se consolidan: cerca de un tercio prefieren formatos audiovisuales sobre el texto, lo que explica el auge de TikTok, YouTube y podcasts con corte más narrativo.

Pero este florecer de lo digital trae doble filo: los rumores, la desinformación y los bots no solo desplazan, sino moldean la conversación pública. Y aunque la población declara usar chatbots—un 7 % general, 15 % entre menores de 25 años—, persiste la desconfianza hacia la inteligencia artificial.

Este nuevo paradigma no solo es tecnológico: es social y político. El terreno común de mensajería y video ha descentralizado quién habla, cómo y para quién. Somos comunidad y cristal líquido: cada uno puede generar, amplificar o retorcer el relato colectivo. La red es espejo y megáfono, solamente basta con ver a los políticos.

¿Escuchamos lo que importa o solo aquello que confirma nuestras burbujas?.

El desafío es mayúsculo: es indispensable activar una ciudadanía crítica en esta coyuntura digital. Comprender que no hay neutralidad en cada clic.

México necesita urgentemente alfabetización digital: aprender a distinguir rumor de voz colectiva, eco de resonancia auténtica.

Porque si seguimos, el pulso del país —que ahora late a través de cada pantalla— será una sinfonía de creencias solapadas. Y solo si educamos al ojo, al oído y al pulgar, podremos escuchar unidos el latido real de nuestra sociedad.


  • Víctor Hugo Martínez

LAS MÁS VISTAS

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.