El último empujón del 2025

Tamaulipas /

A horas de terminar el año, el corte de caja resulta necesario. Es la visión de quien llega al final de una jornada donde las ventas han tenido sus altas y sus bajas, pero esta vez, extendida durante doce meses.

Al cerrar la cortina, lo que queda en el mostrador no son solo números, sino el peso de un año que nos puso a prueba a todos.

En retrospectiva, gobiernos, dependencias públicas y todos los obligados en crear un mejor país, estado y municipio, nos vendieron la idea de alcanzar una mejor vida y la ciudadanía a cambio ofreció la esperanza en creer en ellos.

Al transcurrir de los meses y en vísperas de la llegada de un nuevo año, cada quien sabe cuáles son (no fueron) sus promesas y compromisos no cumplidos.

Las zonas urbanas y rurales adolecen de vigilancia y seguridad, los pacientes en hospitales sufren de pésimos servicios de salud, no hablemos del nulo abasto de medicamentos y un año más sin bajo costo de gasolina.

En Tampico, Madero y Altamira las fugas de agua, socavones interminables y altas tarifas por parte de Comapa, son algunos de los pendientes.

El "empujón" final de este ciclo se siente más como una carga que como un impulso, pues al revisar la mercancía recibida, encontramos que la calidad no corresponde al precio que pagamos con nuestros impuestos y nuestra paciencia.

Mirar hacia adelante requiere primero liquidar lo que se debe atrás. No se puede inaugurar un 2026 con la misma basura en la esquina del primer cuadro, ni con el mismo socavón que ya tiene nombre propio en el vecindario.

Si el poder quiere seguir "vendiendo", tendrá que empezar por demostrar que su palabra tiene valor. La confianza es un recurso no renovable y el saldo, para muchos, ya está en números rojos.

El cierre de este año no es un punto final, es un estado de cuenta que nos recuerda que, en la próxima jornada, no aceptaremos promesas a crédito. La memoria será nuestra mejor herramienta de auditoría.

En lo personal mi mejor oferta es que el próximo año venga lleno de ilusiones, esperanza y salud para todos ustedes.

Como nunca fueron doce meses de un maravilloso aprendizaje personal y profesional, agradezco a mi familia por lo vivido.

Gracias a Trujillo. Lilia y César por brindarme un “Rincón Casero” lleno de sabor y de maravillosos momentos.

A Mi Todo siempre mi admiración, cariño y amor, con la seguridad que el camino no se acaba.


  • Víctor Hugo Martínez

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