A diferencia de las tres posturas ganadoras del primer debate presidencial, la realidad es que hubo solamente un gran perdedor: el pueblo de México.
En datos preliminares se asegura hubo un importante rating, aunque también la mayoría de los ciudadanos nunca se enteró, y los que sí, no mostraron interés para dar seguimiento al ejercicio de este domingo.
El grueso de la sociedad fue ajeno al intercambio de ataques entre Xóchitl Gálvez, de la alianza Fuerza y Corazón por México; Claudia Sheinbaum, de la coalición Sigamos Haciendo Historia; y Jorge Álvarez Máynez, aspirante de Movimiento Ciudadano.
Para nadie es un secreto el desinterés de la mayoría de los mexicanos por la política. Entre el pensamiento colectivo se encuentra arraigada la idea de que "todos los políticos son corruptos y roban, poco o nada se puede hacer, entonces ¿para qué participo?" Esto último pudo ser el principal motivo, entre otros, para no ver el debate.
Más allá de los vencedores y los vencidos, uno de los temas post debate más socorrido fue el de las fallas en cuanto a la producción y el formato utilizado por los organizadores, en este caso el Instituto Nacional Electoral (INE).
¿Acaso no se preparó con tiempo? Se derrocharon 10 millones de pesos en un evento mal llevado a cabo.
En cuanto a los actores ganadores, Claudia Sheinbaum cumplió a cabalidad la extensión que representa del presidente Andrés Manuel López Obrador, y supo capotear el negro historial que persigue a su partido y a sus gobiernos.
Xóchitl Gálvez hizo propuestas certeras encaminadas a lograr un mejor país y Jorge Álvarez sorprendió gratamente a quienes no lo conocían.
En estas semanas previas a las elecciones, es fundamental que tanto los políticos como la sociedad en su conjunto se comprometan a revitalizar el interés y la participación en la política.
Solo a través de un compromiso activo y una ciudadanía informada podremos construir un futuro más justo y próspero para México.
Es hora de despertar del letargo y tomar acción para las decisiones que inciden en el desarrollo de la comunidad.
El destino de la nación está en juego y juntos podemos marcar la diferencia.