En el libro Manual del Dictador de Bruce Bueno de Mezquita, que analiza los factores que hacen posibles que algunas dictaduras sean muy duraderas, hay un capítulo completo destinado a explicar cómo los recursos naturales, como el petróleo, el oro o los diamantes ayudan a algunos gobiernos autoritarios a obtener recursos para mantenerse en el poder sin expoliar tanto a su población.
Dicho análisis aplica por entero al caso de Venezuela, que tiene un gobierno autoritario muy longevo, de 1999 a la fecha, primero encabezado por Hugo Chávez y ahora por Nicolás Maduro, ya que el petróleo ha permitido que el país siga teniendo ingresos a pesar del cierre masivo de empresas y la huida de capitales, por lo que se podría afirmar que es uno de los factores que han sostenido al régimen.
Derivado de ello no suena descabellada la estrategia de los Estados Unidos de establecer un cerco marítimo que impida la salida de petróleo proveniente de Venezuela, porque saben que si cercenan dicha fuente de abastecimiento el régimen de Nicolás Maduro comenzará a resquebrajarse.
Maduro incluso había dado la orden a sus fuerzas armadas, en concreto a la Marina, de defender sus buques petroleros, pero el gobierno de los Estados Unidos ya incautó dos buques que tenían por destino China, sin que hayan intervenido las fuerzas armadas venezolanas, porque saben que cualquier confrontación con los Estados Unidos puede derivar en una invasión, de hecho, las provocaciones en gran medida son un señuelo para que Venezuela se equivoque y les dé excusas a los estadounidenses de atacar.
El Gobierno de Venezuela por tanto se encuentra en una encrucijada, ya que el petróleo es necesario para el país, pero a pesar de tenerlo no lo pueden sacar de su territorio para venderlo, tampoco pueden utilizar la fuerza para romper el cerco porque se arriesgan a una invasión, pero a la vez no se pueden quedar sin hacer nada porque la falta de recursos provocará levantamientos entre su población y las elites venezolanas.
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