¿Aprendimos algo de la crisis del agua?

Monterrey /

Dicen que “el agua pasada no mueve molinos”, al menos así reza una frase comúnmente utilizada para decir que de nada sirve, lamentarse por acciones o hechos del pasado.

El sábado se celebró como marca el calendario el Día Mundial del Agua; en Nuevo León lo hicimos evidentemente de una manera muy distinta a lo vivido en marzo del año pasado.

Hace 12 meses, la escasez o desabasto de agua eran preocupación diaria, ninguna presa alcanzaba ni la mitad de su llenado y algunas como Cerro Prieto incluso estaban a dos meses de declararse completamente secas.

El panorama era desolador en marzo de 2024; se hablaba de medidas paliativas y obras de fondo con visión a futuro. Las autoridades estatales presumían un proyecto que incluía la construcción de una planta que permitiría años después la reutilización de agua para uso doméstico, gracias a la participación de expertos que ya lo habían hecho en Singapur con éxito comprobado.

Se hablaba también de campañas permanentes para regular el uso y no exceder de los 100 promedio por habitante en nuestra metrópoli. Los planes eran muchos, incluían acelerar la construcción del acueducto 2 y acabar de una vez por todas la presa Libertad.

En junio llegó Alberto y trajo consigo en solo cuatro días el agua suficiente no solo para darnos agua por tres años, sino suficiente para ir dejando atrás el sentido de urgencia y responsabilidad de usuarios y autoridades.

Parece ahora que estamos condenados de nuevo a repetir la historia, llega la lluvia, todo se llena, todo se lava y se lleva consigo la conciencia de muchos.

Así el agua pasada sí mueve molinos, porque quien olvida sus historia está condenado a repetirla. Por al menos cuatro décadas hemos repetido la misma conducta.

Llega la crisis y todos tomamos conciencia, llega la lluvia y caemos de nuevo. Como si fuera más difícil administrar la abundancia que la escasez.

No somos una metrópoli que por convicción decida cuidar el agua y vivencias como la crisis hidrológica parecen no enseñarnos nada.

Por eso el sábado no hubo atención al Día Internacional del Agua y aquellos eventos brillaron por su ausencia.

Si tratamos la crisis del agua como un simple recuerdo, la realidad nos volverá a golpear muy pronto; nos traerá de nuevo los tiempos aciagos y nos daremos cuenta no cuando tengamos el agua hasta el cuello, sino hasta los tobillos.

Feliz Día del Agua a quienes sí aprendieron la lección.


  • Víctor Martínez Lucio
  • Periodista, Director Editorial de Multimedios-Milenio en Monterrey. Conductor en Milenio Televisión, creador del Pulso, espacio de comentario político desde hace una década. Articulista en Milenio Diario y Conductor de Cambios cada domingo. Amo las cosas sencillas, la música y el arte, dar clases, ayudar a las personas, aprender todos los días, ser Rayado, ser líder y factor de cambio. La vida es de momentos y se acomoda sola.
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