Claudia no es títere de AMLO

Monterrey /

Se ha escrito y hablado lo suficiente desde hace semanas; la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de México marca el inicio de una nueva era en la política del país.

En realidad esto será posible solo si se unen los esfuerzos, se dejan atrás las filias y fobias, se abandona el doble discurso de algunos sectores y se comprende que ella no es AMLO, ni para bien ni para mal.

El domingo en Cambios platiqué con el escritor y periodista Jorge Zepeda Patterson sobre su libro Presidenta, que relata la vida y obra de la nueva mandataria del país.

Zepeda, columnista de esta misma casa editorial, retrata la figura de Sheinbaum, destacándola como una líder que combina el apoyo popular con un enfoque moderno y científico para gobernar.

Sheinbaum es una “izquierda con Excel”, representa un cambio significativo respecto a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con el análisis del libro.

Mientras que López Obrador provenía de un México rural y tradicional, Sheinbaum emerge de una clase media urbana, progresista y académica. Esta diferencia generacional y de perspectiva promete traer un estilo de gobierno más tecnocrático y orientado a resultados.

Tal parece que por esos y otros factores, Claudia no será una simple continuación del obradorismo, aunque mantendrá, y se entiende, una fuerte lealtad hacia López Obrador y los principios de la Cuarta Transformación.

Zepeda asegura que Sheinbaum tiene una personalidad fuerte y una visión propia. “El que crea que va a ser una títere no conoce la personalidad de Claudia Sheinbaum”, afirma a pregunta expresa.

Para hablar de los desafíos que enfrentará la nueva Presidenta, sin duda se encuentra la necesidad de impulsar el crecimiento económico sin abandonar las políticas sociales. 

Hay en todo esto algo innegable y fácil de pronosticar; deberá navegar entre las tensiones existentes con el Poder Judicial y otros sectores de la sociedad, pero ella será más conciliadora y basada en el diálogo, aunque sin comprometer los principios fundamentales de su movimiento político.

Esta vez no llega un líder con el camino recorrido y boscoso, con rencores o deseo de borrar un régimen que ahora ya no existe; por el contrario, es una combinación de apoyo popular, conciencia social y enfoque científico.

Si todo sale medianamente bien, Sheinbaum podría ser la líder capaz de abordar los problemas estructurales del país con herramientas modernas, marcando así el inicio de una nueva etapa en la historia política mexicana.

Que así sea, por el bien de todos.


  • Víctor Martínez Lucio
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