No sabemos qué consecuencias tendrá la detención de El Mayo Zambada. Por un lado, y aunque no hay información oficial, parece que el gobierno de Estados Unidos intervino de manera unilateral en territorio mexicano. Por otro, se dice que Zambada es una de las personas que más saben de los vínculos entre el poderoso Cártel de Sinaloa y el gobierno de nuestro país.
Al día siguiente de la detención del capo sinaloense, el Ejecutivo nacional tenía la misma información que cualquier lector de la prensa. El líder de uno de los grupos delincuenciales más poderosos del mundo fue llevado de México a Estados Unidos sin que el gobierno mexicano se enterara.
Algunos ven en esto una posible y grave violación de la soberanía. La respuesta del presidente de la República ha sido más que cautelosa, sin la menor crítica a la posible intervención extranjera en México.
Queda la duda si habrá una respuesta distinta en los próximos días, cuando se aclare la forma en que el susodicho fue llevado al país del norte.
Zambada tiene setenta y cinco años. Se dice que delinque desde hace más de cincuenta. Llamaba la atención que permaneciera en libertad cuando numerosos líderes, de su misma organización y de otros grupos delictivos, estaban ya en la cárcel. Sabe lo que pocos saben.
No está claro qué tanto compartirá ese conocimiento con el gobierno norteamericano. Ni qué hará ese gobierno con la información que adquiera. Como bien se ha dicho, deben ser varios los políticos mexicanos que estén nerviosos.
Menos nervios habrá en la clase política del vecino del norte. Pero es probable que muchos ciudadanos norteamericanos vean la prisión de Zambada como un esfuerzo excepcional del gobierno demócrata, y que apoyen electoralmente a la virtual candidata de su partido. El triunfo de Trump está en riesgo. Todo depende del manejo político que se le dé a esta captura.
Y queda la pregunta de siempre: por qué si en el país donde se da la producción y el comercio de drogas hay grandes cárteles de delincuentes, no los hay en el país donde esa droga se distribuye y consume.