LEIBOVITZ
La semana anterior hice mención a los proyectos fotográficos que han aparecido como respuesta lo mismo a la pandemia del covid-19, que a los asesinatos raciales y sus consecuencias en los Estados Unidos. El origen de estos proyectos es variado y puede ir de un primer impulso como reacción a lo sucedido, a la culminación de un trabajo que no había podido terminarse por falta de impulso o de tiempo. Esto último es el caso de Anne Leibovitz, quien presenta en la galería Hauser & Wirth la exhibición en línea Still Life. Se trata de un portafolio en el que venía trabajando y que no había podido dar por terminado hasta ahora que lo completó con nuevos trabajos producidos durante la cuarentena. Se trata de una serie de estampas que recoge lo mismo paisajes que han sido significativos en la vida y obra de alguna personalidad, como en el caso de Georgia Okeeffe, u objetos personales o profesionales que han sido utilizados por diversos personajes a lo largo de la historia, Darwin, Thoreau, Dickinson. Todos ellos tratados, con el rigor de la fotografía de Leibovitz, al grado de parecer más retratos que naturalezas muertas.
Al margen de este proyecto, la fotógrafa también produjo Upstate, una sola fotografía (44x55.9 cms) compuesta por una cuadrícula aproximada de 24 imágenes producidas, todas ellas, durante esta temporada de encierro. Es una edición limitada de 100 ejemplares más 15 pruebas de autor. Los resultados de su venta se distribuirán en tres partes iguales, una para el movimiento Black Lives Matter; otra para apoyar la iniciativa pro Equal Justice, y la última para el Fondo de Respuestas Solidarias por el Covid-19, de la Organización Mundial de la Salud.
WORLD PRESS PHOTO
Entre las actividades que lleva a cabo la fundación World Press Photo se encuentra la promoción de lo que ellos consideran que son los nuevos valores de la fotografía de prensa mundial. Para ello han creado el 6x6 Global Talent Program, a través del cual reconoce anualmente a seis jóvenes fotógrafos de seis distintas regiones del mundo, a fin de presentar nuevos y frescos puntos de vista que hablen, que cuenten, lo que sucede, al menos, en estos lugares.
La semana que acaba de terminar, presentaron a sus seis fotógrafos del futuro en África. Mozambique, Uganda, Nigeria, Zimbabue y Marruecos, única región que cuenta con dos fotógrafos, quedan representadas por estos seis jóvenes.
De entre ellos, yo destacaría, sin conocer más de su trabajo, a Etinosa Ivonne, de Nigeria. Ella presentó una interesante serie de retratos compuestos con los que busca contar la historia de mujeres y hombres que, de una u otra forma, han sido víctimas de la violencia tribal, política y social, desatada a lo largo y ancho del cuerno africano.
Con la acelerada occidentalización que vivimos y su apertura a la globalización, no cabe duda de que uno de sus beneficios será el poder entrar en contacto con manifestaciones culturales y artísticas, como el trabajo de estos fotógrafos del África, de regiones que nos eran, son, totalmente ajenas y por tanto desconocidas.
A LA SANA DISTANCIA
Así como he dicho que esta situación de emergencia puede ser la causante de la proliferación de proyectos y acciones artísticas, habría que añadir que, en paralelo, también se ha generado toda clase de eventos que se llevan a cabo a la sana distancia, vía los diversos programas que la web a través de distintas plataformas pone a nuestra disposición. Conciertos de todo tipo, encuentros académicos, conferencias, mesas redondas, homenajes, entrevistas, ferias de arte y exhibiciones, por no hablar de los cientos de reuniones locales, nacionales e internacionales, de negocios que todos los días se llevan a cabo. Curiosamente, la mayor parte de estas actividades, pese a su novedad, son un éxito en cuanto a número de audiencia que las sigue, su eficacia y rentabilidad. No estaría por demás reflexionar si no son estas algunas de las formas que conviene adoptar desde ya, a fin de mejorar la manera en que habremos de convivir en el futuro próximo.
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