Desde el día lunes de la semana pasada se produjo una de las peores escaladas de violencia que Israel ha experimentado en varios años, Hamás y la Yihad Islámica dispararon más de cuatro mil cohetes contra centros de población israelíes. En apenas 10 días, mataron a doce personas en Israel e hirieron a más de 300, incluso Jerusalén fue víctima en esta última andanada de cohetes desde Gaza.
Si usted busca qué desencadenó este último aumento de la violencia, no hay que buscar más allá de Hamás. Hamás es una organización terrorista genocida que llama abiertamente al asesinato de judíos, que es responsable de la muerte y las lesiones de miles de civiles israelíes y palestinos. Logró el control de la Franja de Gaza en un golpe militar en 2007 y aspira a apoderarse de la Autoridad Palestina, ya sea por medio de elecciones o por la fuerza. Esta vez, Hamás explotó el sensible sentimiento nacional y la época del Ramadán para exacerbar la situación en Jerusalén y tratar de relevar a la Autoridad Palestina para convertirse en la fuerza principal.
Durante este período, Israel tomó todas las medidas posibles a fin de desescalar la situación. Israel restringió el ingreso de judíos al Monte del Templo durante los días de plegaria musulmana en él y cambió el recorrido de la marcha de las banderas en el marco del Día de la Reunificación de Jerusalén, mientras que la Corte Suprema aplazó una audiencia judicial sobre Sheikh Jarrah. Israel también protege la libertad de culto y religión de todas las confesiones en la ciudad y preserva el orden público. Todas estas medidas se tomaron para evitar la violencia y restablecer la calma.
Hamás respondió a estas medidas con violencia y cohetes dirigidos a ciudades y pueblos israelíes de todo el país. Millones de civiles israelíes se encuentran ahora bajo la amenaza de lanzamiento de misiles, y las escuelas fueron cerradas en ciudades de todo Israel. Hamás comete esencialmente un doble crimen de guerra: no solo dispara contra civiles israelíes, sino que lo hace desde dentro de zonas civiles densamente pobladas en Gaza, utiliza efectivamente a su propia gente como escudo humano.
El estallido del último par de semanas ocurre después de varias semanas de escalada del terrorismo palestino contra los civiles israelíes. Solo en abril, Hamás lanzó más de cuarenta cohetes contra Israel. Los artefactos incendiarios lanzados desde Gaza causaron decenas de incendios y provocaron daños ambientales y económicos generalizados en todo el sur de Israel. La organización terrorista Hamás es la única responsable del daño causado por su pública y deliberada incitación a la violencia.
Israel continuará protegiendo a sus ciudadanos de la organización terrorista Hamás, y es especialmente en estos tiempos difíciles cuando más anhelamos la paz con nuestros vecinos. Ahora es el momento de darse cuenta de que cualquier expresión de simpatía con la organización terrorista Hamás socava efectivamente no solo la lucha en el centro del terrorismo palestino, también la postura de la comunidad internacional hacia el fenómeno global del terrorismo.
La vía para la coexistencia pacífica entre israelíes y sus vecinos palestinos pasa por la deslegitimación de Hamás, de la Yihad Islámica y de la condena inequívoca de sus prácticas.
Zvi Tal*
*Embajador de Israel en México