El promedio mensual de hectáreas erradicadas de cultivos de mariguana y amapola presentan sus niveles más bajos en los cinco años recientes, de acuerdo con una respuesta de información solicitada por MILENIO a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
De enero hasta el 9 de mayo pasado, el Ejército destruyó 615.5 hectáreas de mariguana, lo que significa un promedio mensual de 143.1 hectáreas; esto representa una reducción de 70 por ciento respecto al mismo periodo de 2014 y de 32.8 por ciento en el mismo lapso de 2018.
Durante el último lustro la ubicación de los campos erradicados de esta droga cambió de manera significativa. En 2014 los 10 municipios con más sembradíos destruidos del país se focalizaban en la zona del Triángulo Dorado, conformada por Chihuahua, Sinaloa y Durango.
En esos tres estados se ubicaban siete de los diez municipios con más campos arrasados de mariguana: Guadalupe y Calvo, Guachochi y Cuauhtémoc en Chihuahua; Badiraguato, Choix y Culiacán en Sinaloa; así como Tamazula en Durango. En estas alcaldías se concentró la mitad de la tierra sembrada con mota devastada por la Sedena.
Los otros tres municipios que integraban el top ten eran los Álamos, Sonora; La Yesca, Nayarit y Tequila, Jalisco. En esas diez alcaldías se erradicaron seis de cada 10 hectáreas durante 2014.
Para 2019 la geografía del cultivo de la mariguana tiene otro panorama, con una mayor diversificación, pues ahora se siembra en grandes cantidades tanto en el norte como en el sur del país, específicamente en Oaxaca.
Entre los 10 municipios con más erradicaciones se ubicaron cuatro en el norte del país: Badiraguato, Sinaloa; Tamazula, Durango; Guadalupe y Calvo (los tres municipios con mayor territorio destruido) y Guachochi, Chihuahua.
Las seis alcaldías restantes se ubicaron en Oaxaca: San Juan Lachigalla, San Carlos Yautepec, San Pedro Quiatoni, San Mateo Yacutindoo, Villa Sola de Vega y Santa Lucía Miahuatlán.
El año pasado a escala nacional Sinaloa fue el estado con mayor extensión de mariguana destruida con 774 hectáreas, seguido muy de cerca por Oaxaca con 668 hectáreas. En Durango y Chihuahua se registró la erradicación de 431.7 y 408.4 hectáreas de mota, respectivamente.
Las cuatro entidades en conjunto concentraron casi 90 por ciento de toda la superficie arrasada que servía para cultivar la droga más consumida en México.
LA FLOR MORADA
En el caso de la amapola, los militares destruyeron 6 mil 704 hectáreas, lo que representa un promedio mensual de mil 559 hectáreas, la media más baja desde 2014 cuando se limpiaron mil 804 hectáreas.
La localización de los plantíos erradicados es más variada que en comparación con la mariguana, pues de 2014 a 2019 muestra ligeros cambios en las alcaldías que más cultivan esta droga.
Hace cinco años, la zona preferida por los narcotraficantes era la del Triángulo Dorado, específicamente en los municipios de Guadalupe Calvo, Tamazula y Badiraguato, los cuales concentran siempre las mayores cantidades de hectáreas destruidas anualmente.
Además de dicha área, la zona montañosa de Guerrero, en específico los municipios de Heliodoro Castillo, Actepec, Chilpancingo, Leonardo Bravo y San Miguel Totolapan, se ubica como la segunda región con más destrucciones de cultivo desde hace un lustro.
Un tercer territorio se observa desde 2016 y que hasta 2019 se mantiene de forma continua entre las alcaldías con más cultivos de amapola destrozados. En el occidente del país, específicamente en los municipios de Mezquital, Durango, y El Nayar, Nayarit se encuentra una zona en la que se quemaron 2 mil 138 hectáreas, casi 10 por ciento de lo destruido por la Sedena.
Guerrero y Durango se ubican como los estados con más superficie de amapola destruida por los militares. En 2018 se erradicaron 7 mil 495 y 5 mil 740 hectáreas de amapola en esos estados respectivamente, lo que representa 56 por ciento del total en ese año. Chihuahua queda en un tercer puesto, con 4 mil 917 hectáreas destruidas.