En los próximos, días el gobierno del estado y autoridades de seguridad –con apoyo del Ejército- realizarán una explosión controlada en la mina de mármol de la comunidad de Dengantzha, en el municipio de Francisco I. Madero, esto con el fin de evitar que se presenten accidentes.
De acuerdo a las autoridades de la administración hidalguense, este procedimiento busca garantizar la seguridad física de las familias que habitan la zona, ya que el derrumbe ocurrido en días pasados dejó fisuras en las paredes del sitio donde extrae piedra a cielo abierto.
De manera adicional, las autoridades estatales y federales llevarán a cabo un minucioso análisis de las condiciones en las que opera esta mina para que siga funcionando, pero de manera regular y con todas las medidas de seguridad que requieren no solo sus trabajadores, sino también los vecinos del lugar, además del medio ambiente.
Es de destacar que esta mina es el sustento económico de muchas familias del lugar, y será una prioridad del gobierno del estado que cuente con lo necesario para su operación.
Desde el inicio de la administración del gobernador Omar Fayad, la Secretaría de Medio Ambiente del estado implementó un programa permanente para detectar los bancos pétreos que se encuentran operando sin autorización, ya que por más de 18 años no se había puesto interés en este tema.
Acciones de salvamiento
Las acciones antes descritas, que permitieron controlar la situación del pasado 2 de agosto en el lugar de los hechos, lograron evitar más desgracias y controlar el estado de emergencia.
Se destaca la oportuna intervención del gobierno del estado a través de áreas como Protección Civil, Seguridad Pública estatal, sector Salud, los alcaldes de Mixquiahuala y Francisco I. Madero; mientras que a nivel federal apoyó el Servicio Geológico Mexicano, la Secretaría de Gobernación, a través del Sistema Nacional de Protección Civil y el Ejército Mexicano, institución que estableció su Plan DNIII, con el cual se aseguró el lugar de los hechos para contar con todas las condiciones de rescate.
Se cercó y limitó el acceso al sitio a voluntarios, a especialistas y gestores de la emergencia, cuyo apoyo era efectivo; se contó con la asistencia a través de ambulancias y puestos de atención de la Secretaría de Salud; se consensó la forma en la que colaborarían los voluntarios de la comunidad, la fuerza pública, los secretarios de Gobierno, Planeación y Medio Ambiente, así como los expertos y los elementos de Protección Civil; se estableció el mecanismo de apoyo en el acceso de víveres y alimentos para el cuerpo técnico y operativo que estaba maniobrando y monitoreando las acciones de rescate.
De la misma forma, se instauró un comando de incidentes para generar el menor riesgo posible, lo que permitió el acceso de brigadas de voluntarios, las cuales eran reemplazadas por periodos; se proveyó de equipo de seguridad como cascos, guantes, y caretas a los brigadistas; se gestionaron los explosivos necesarios para las labores de fractura de masas rocosas grandes que impedían continuar con la búsqueda y el rescate.