Sara María Aldrete Villareal, mujer sentenciada a 62 años de cárcel al ser acusada de inhumación, exhumación y profanación de cadáveres, así como por el homicidio de 13 personas, contó que cuando se involucró en la religión Palo Mayombe, que practicaba Adolfo de Jesús Constanzo, El Padrino,—quien fue relacionado a una banda dedicada a exhumaciones y asesinatos satánicos en Matamoros, Tamaulipas en los años 80—fue testigo de trabajos de magia negra para dañar a terceros, y cuyas peticiones presuntamente eran hechas por artistas, políticos y policías de México.
A decir de ella, según relata en la serie La Narcosatánica que estrenó HBO, al irse adentrando más en el negocio de El Padrino—como él llamaba a la práctica de la santería—, se dio cuenta que él hacia ciertos trabajos oscuros a cambio de dinero. Adolfo Constanzo era un brujo que incluso presuntamente fue contactado por personas de alto nivel en el gobierno para encargos espirituales a cambio de dinero, sobre todo comandantes de la policía y hasta narcotraficantes, de acuerdo con lo narrado en la serie.
La joven recordó que cuando convivió con Adolfo, tuvo que someterse al rayamiento, algo similar a un bautizo para que un muerto "bajara" y la acompañara para protegerla. Para ello, se hacía un ritual y Sara tenía que ser marcada con símbolos en el cuerpo que sólo los seguidores de la secta o alguien de la religión Palo Mayombe sabían interpretar. "Ya pertenecía al círculo de Adolfo y eso me hacía sentir bien, me hacia sentir reconocida dentro de su religión", contó.
Sara Aldrete, expresó, tenía un gusto por los panteones, por el aroma que las flores emanaban en estos lugares, pero cuando conoció a Adolfo Constanzo, "el panteón toma otra dimensión" porque para él un sitio así era un lugar de trabajo. Por ejemplo, hacia trabajos oscuros para alejar personas o desaparecerlas enfermándolas, lo cual eran"cosas muy fuertes", plática.
"Él tenía arreglado en los panteones con quién tenía que hablar, con quién tenía que abrir las puertas, y ya iba sobre un muerto en específico, que había sido estudiado y era con el que se trabajaba (...) ahí se hacía toda la ceremonia, se hacía toda la obra y se sacaba el cuerpo. Ya que estaba eso, se metía el féretro, se ponía encima otra vez el pasto como si nada hubiera pasado".
Un sapo por una firma
La Narcosatánica recuerda una ocasión en que alguien le pidió a Adolfo Constanzo un trabajo de santería donde a un hombre lo iban a convertir en sapo, algo que ella tomó como una broma. Días después, relató Sara Aldrete, dicha persona enfermó y fue hospitalizada sin que los doctores supieran qué le había pasado.
"Era un cosa impresionante, (estaba) gordo, hinchado, pero hinchado tremendo, los ojos saltones, la boca estirada y no podía ni hablar", detalló. Entonces, la esposa de aquél hombre le dijo a Adolfo que los doctores no sabían qué tenía, por lo que él le mencionó al enfermo que si estaba dispuesto a regresar una empresa a un ahijado de El Padrino, él lo ayudaría a sanar.
El Padrino, un brujo que se sentía intocable
El hombre afectado por el trabajo de santería, asintió con la cabeza y firmó unos documentos para devolver la empresa al protegido de Adolfo. Una vez que eso sucedió, el trabajo oscuro fue revertido y "el tipo salió del hospital desinflamado y como si nada", mientras el ahijado de Adolfo Constanzo obtuvo la empresa y El Padrino recibió dinero por el trabajo hecho.
"Era un brujo, era un hechicero. Se sentía tan intocable, tan poderoso, tan grande. Podía hacer trabajo para algún político, podía hacer trabajo para alguien de la (Policía) Federal, para alguien de la Interpol. O sea, él tenía por todos lados cantantes, actrices, actores; ellos nada más pagaban y ya él se encargaba de hacer absolutamente todo y efectivamente, al poco tiempo, ya los veías en tal lado. Él nada más decía 'mira, mira, ahí está el resultado'", narró.
La seria de HBO refiere que la prensa publicaba textos en los que indicaban que se llegó a investigar nexos de varios artistas con la secta de Constanzo, entre ellos Irma Serrano, La Tigresa, quien negó tal relación con Los Narcosatánicos.
"Políticos, varios; gente del medio artístico, altos mandos de la policía, o sea, de arriba y pues según Omar, al narcotráfico", dice Sara Aldrete, quien refirió que Adolfo Constanzo, "más allá de la magia, más allá de la brujería y más allá de lo sobrenatural", tenía nexos con "toda la gente tan poderosa" y "todos los trabajos que él hacía funcionaban".
'El padrino'Adolfo de Jesús Constanzo
El Padrino nació en Miami, Estados Unidos y viajó a México supuestamente para realizar una gira de modelaje; gracias a su padrastro se involucro al tráfico de drogas, dónde fungía como sicario y traficaba droga de México a Estados Unidos.En su camino por el país conoció a Sara Aldrete, quién se convirtió en su pareja y a la que apodaron La Madrina, juntos se encargaban de liderar la organización criminal.En su juventud, Constanzo laboró como monaguillo en la iglesia católica, pero también fue acompañante de su madre en un viaje a Haití en dónde aprendió sobre el vudú.
Su madre ya estaba dentro del esoterismo, era sacerdotisa de la religión conocida como Palo Mayombe.Se presume que al llegar a México, Adolfo Constanzo comenzó a adquirir fama con personas de la clase alta y altos mandos de organizaciones criminales de Tamaulipas, todo gracias a sus dones espirituales.
Adolfo comenzó a ser un “informante místico”; daba información a los carteles sobre los ataques de organizaciones criminales contrarias e incluso llegaba a prevenir redadaspoliciacas.
Información:Johan Kalet Segura Clemens
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