Juan Jhonny Villarreal Hernández, de 26 años, y su hijo Víctor Villarreal Álvarez, de apenas dos años, habían acudido a una rodada organizada por colectivos ciclistas para celebrar el Día del Niño, pero minutos después de concluir el evento fueron impactados por una camioneta y perdieron la vida.
El hecho tuvo lugar en el cruce de Doctor Coss y Aramberri, en el centro de Monterrey, el 26 de abril del 2018, y desde entonces está colocada en esa intersección una bicicleta blanca en su memoria.
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Al igual que en esta historia, por el área metropolitana de Monterrey están esparcidos incontables altares improvisados que recuerdan a las personas que murieron en un accidente de tránsito, principalmente en las avenidas de alta velocidad.
En ellas es común encontrarse con pequeñas cruces adornadas con flores que incluyen el nombre, la fecha del deceso y hasta alguna foto del fallecido.
En un recorrido de MILENIO Monterrey fue posible constatar la falta de infraestructura para transitar de forma segura en estos puntos.
Por ejemplo, sobre la avenida Carlos Salinas de Gortari, en Apodaca, se encuentran ubicadas poco más de una docena de industrias por las que transitan diariamente cientos de trabajadores, pero no hay semáforos, puentes, ni cebras peatonales que les permitan cruzar por la acera.