En Ciudad de México los únicos datos certeros sobre cuántas niñas fueron víctimas de violación sexual en los últimos cinco años los tiene la Clínica Especializada Condesa (CEC) —la instancia de salud pública que brinda atención médica a las víctimas de violación— donde fueron atendidas por esta causa, desde 2012 y hasta abril de 2017, mil 118 menores de edad.
Incluso la Procuraduría General de Justicia capitalina, de la que dependen las agencias especializadas en delitos sexuales, no mantiene un registro desagregado por sexo y edad de las víctimas. Solo registró, de 2012 a julio de 2017, mil 152 denuncias por violaciones sexuales cometidas contra niñez y adolescentes menores de 18 años de edad.
Lo mismo ocurre con el Tribunal Superior de Justicia local (TSJ), instancia consultada por esta agencia para conocer el número de sentencias que había dado en el mismo periodo por el delito de violación. La dependencia informó que de 2012 a junio de 2017 sentenció a 128 personas por el delito de violación, pero que tampoco cuenta con información desagregada por sexo y edad de las víctimas de este delito.
Los datos fueron obtenidos a través de solicitudes de información que Cimacnoticias realizó a la Secretaría de Salud capitalina (Sedesa), a la procuraduría y al TSJ como parte de la investigación que realiza sobre las violaciones sexuales a niñas.
URGE QUE ILE EN CDMX REGISTRE VIOLENCIA
De acuerdo con la información proporcionada por la clínica Condesa, de 2012 a 2017, 192 niñas de 7 a 14 años de edad, recibieron anticoncepción de emergencia (AE).
Aun cuando los embarazos infantiles suelen estar relacionados con una violación sexual previa, si las menores de edad en la ciudad no denuncian ni acuden a la clínica Condesa para ser atendidas, la Sedesa no registra y, por consiguiente, no da aviso a la procuraduría para que los casos se investiguen y se descarte cualquier delito.
Respecto a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) por violación, los únicos datos disponibles son los de la CEC, ya que ahí fueron atendidas para recibir la AE y en caso necesario el derecho a una ILE. Así, el reporte señala que durante 2014 dos niñas de ocho años y una de 14 años fueron canalizadas a los servicios de ILE de la capital, y en 2016 una de 14 años de edad.
En su respuesta a la solicitud de información, la Sedesa afirmó que no registra cuántas niñas de 10 a 14 años de edad han interrumpido un embarazo por una violación debido a que en la capital desde hace una década, tras la despenalización del aborto, basta con que la mujer solicite el servicio en alguna de las clínicas dentro de las primeras 12 semanas de gestación, por lo que no está documentando esta violencia.
Únicamente reportó que 2 mil 23 niñas entre 11 y 14 años de edad ejercieron su derecho al aborto, sin precisar si se trató por violencia sexual, así como tampoco si solamente eran de la capital o provenían de otros estados.
Ante este panorama, personas expertas en salud reproductiva comienzan a plantear propuestas para obligar la documentación de la violencia sexual contra niñas que puede obtenerse de quienes solicitan los servicios de ILE.
“Esta flexibilidad que para bien nos ofrece el programa de ILE en Ciudad de México deja de lado poder registrar de manera específica aquellos casos que llegan producto de violación”, el registro produciría información esencial para medir los niveles de violencia sexual contra la infancia en la entidad y actuar en consecuencia, mencionó en entrevista el asesor de políticas públicas de Ipas México, Alexis Hernández González.
Al no registrar estas estadísticas, el Estado contribuye a ocultar el problema, agregó la abogada del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) Ofelia Bastida. De impulsarse una propuesta para realizar el registro de violencia sexual contra las niñas en el servicio de ILE, “debería realizarse en condiciones de privacidad, cómodas y empáticas por personal calificado que no juzgue a las niñas”, afirmó.
Si bien no existe un formulario que deba llenarse para conocer la razón de la interrupción, se debe difundir entre el personal médico que en los casos de este grupo etario es importante realizar una investigación, porque es altamente probable que un embarazo infantil corresponda a una violación, resaltó la ginecóloga y asesora en sistemas de salud de Ipas México, Claudia Martínez López.
La situación sobre la violencia sexual infantil en el país puede ser mayor a la que revelan los datos, pues de 2012 a mayo de 2017 la Sedesa informó a esta agencia que 3 mil 812 niñas se convirtieron en madres, sin que se sepa cuántos de esos embarazos fueron producto de una violación.
La experta en derechos sexuales y reproductivos recalcó la importancia de no ignorar a las niñas que sí llevan a término sus embarazos pues, dijo, “en ellas tampoco debería descartarse la posibilidad de haber sido víctimas de una violación”.
VIOLACIÓN, DELITO FRECUENTE
De 2012 hasta lo que va de este año, la clínica Condesa atendió en promedio a 209 niñas por año. De éstas, 100 tenían de 2 a 5 años de edad; 153 de ellas tenía de 6 a 9 años; 48 era de 10 años; 79 tenía 11 años, 165 de 12 años y se presentaron 263 y 310 casos en los que las niñas tenían 13 y 14 años de edad, respectivamente, cuando acudieron a la instancia médica.
Un dato relevante es que desde 2014 se incrementaron los casos en los que las víctimas tenían menos edad, por ejemplo se registraron violaciones a niñas de dos y tres años, un rango de edad que en los dos años anteriores había permanecido vacío.
En 2017 el panorama no fue alentador. Tan solo en los primeros cuatro meses las niñas víctimas de violación que acudieron a la clínica representaron 43 por ciento de las atenciones totales brindadas en 2016 a menores de 14 años (170). Es decir, 73 niñas de 14 años de edad fueron violentadas a principios de este año: 29 tenían de tres a nueve años de edad, mientras que las 49 restantes eran de 10 a 14 años.
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