Tras los asesinatos de Armando Linares, cometido el 15 de marzo en Zitácuaro, y de Roberto Toledo Barrera, ocurrido el 31 de enero, un trabajador de Monitor Michoacán, acusó que ambos crímenes fueron por represalias derivado de su labor periodística.
A una semana del asesinato de Linares, un colega, quien por seguridad no pudo dar su nombre, aseguró que ambos asesinatos están marcadas por órdenes de la clase política del estado.
"De cerca me tocó ver cómo había las amenazas y que esas amenazas parten de los políticos de la región en el oriente de Michoacán, que acordaron y prepararon los ataques, obvio contrataron autores materiales para cometer esa circunstancia", dijo en entrevista con Azucena Uresti para Grupo Fórmula.
El colega de Armando y Roberto aseguró que quienes hoy buscan las autoridades, los autores materiales, son el último eslabón de los participantes de estos crímenes contra los periodistas.
"Tengo la certeza de que quienes acordaron y pactaron (el asesinato) fue un grupo de la clases política de Michoacán; los que matan a Roberto y a Armando son nada más los que realizaron, es el eslabón último de la cadena criminal que hay, pero es un crimen político, es un crimen político orquestado desde la base político", dijo.
Asimismo, criticó la investigación por parte de la fiscalía michoacana, encabezada por Adrián López Solís, pues aseguró que el funcionario está siendo investigado en la Ciudad de México.
Este compañero de Monitor Michoacán, el medio que ha desaparecido ante los ataques que se iniciaron como amenazas señaló que hay nombres por denuncias hechas por Armando días antes de su asesinato.
"Armando denunciaba la corrupción, denunciaba el abuso de poder, la fabricación, la simulación, las violaciones a derechos humanos, y alcanzó a presentar su denuncia contra nueve o 10 servidores públicos 15 días antes de que lo mataran", apuntó.
DMZ