Autoridades capitalinas buscan a Sergio Gama, El Chiquilín, jefe de seguridad del restaurante La Polar, en la alcaldía Cuauhtémoc, presuntamente involucrado en el asesinato de Antonio Monroy, ocurrido el domingo pasado en ese establecimiento.
La Policía de Investigación, de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) buscan a El Chiquilín, acusado de aplicarle una llave china al comensal, mediante la cual presuntamente lo estranguló causándole la muerte, dijeron autoridades ministeriales.
En un video difundido en redes sociales, se observa que El Chiquilín saca de un elevador el cuerpo de la víctima, lo azota en el piso del estacionamiento y posteriormente lo arrastra a la calle, con la ayuda un guardia de seguridad.
La necropsia practicada por el Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, reveló que Monroy Jiménez murió a causa de asfixia por estrangulamiento. El cuerpo ya fue entregado a sus familiares.
Según las fuentes consultadas, las autoridades de la Ciudad de México también buscan al menos a dos meseros de La Polar relacionados directamente con las agresiones, y a otros trabajadores del establecimiento que limpiaron la escena del crimen.
De acuerdo con la carpeta de investigación, Antonio Monroy y Adriana Flores se encontraban el domingo pasado en el establecimiento, ubicado en la colonia San Rafael, alcaldía Cuauhtémoc. Al solicitar la cuenta, Antonio le reclamó a uno de los meseros un supuesto cobro excesivo.
Tras una discusión, Antonio fue retirado de la mesa por varios trabajadores del sitio, quienes lo agredieron físicamente. Después, abandonaron su cuerpo inconsciente afuera del establecimiento.
El Chiquilín, con acusaciones de violencia
Sergio Gama ya había sido señalado de cometer agresiones físicas contra algunos comensales, al menos en 2021, cuando una mujer fue agredida por él en las instalaciones del restaurante La Polar.
Un video muestra al jefe de seguridad del restaurante empujar a una mujer, mientras otra le reclama por haberlo hecho.
"¡Oye, qué te pasa! Es una mujer", dice una de ellas; todo frente a un policía capitalino, a quien le exigen que les diga su nombre.
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