El 26 de agosto de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa se trasladaron a Iguala para secuestrar autobuses y trasladarse en ellos a la Ciudad de México a la jornada de protestas por la masacre del 2 de octubre de 1968.
De acuerdo con un testigo protegido de la Fiscalía General de la República, los estudiantes murieron tras ser detenidos en Iguala por fuerzas del orden y por integrantes de Guerreros Unidos, durante diversos enfrentamientos que se generaron por la llegada de hombres armados en seis camionetas del grupo contrario, conocido como el Cártel de la Sierra, liderado por Onésimo Martínez.
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El relato del testigo llamado Juan, refiere que como "los contras" se revolvieron con los estudiantes, terminaron atacándolos a todos. Tras los enfrentamientos, los integrantes de Guerreros se encargaron de disolverlos, cremarlos y esparcir los restos en distintos puntos, incluida la zona de Cocula.
Pero ¿cómo fueron las horas de la noche de Iguala? Distintas versiones se han contado durante los ocho años que ya transcurrieron entre la desaparición forzada de los normalistas.
Tarde del 26 de septiembre
De acuerdo con el testigo Juan, se recibe un reporte por parte de los halcones que había en la carretera de las ciudades Zumpango, Guerrero, a Iguala, Guerrero, un lugar reconocido como territorio de Guerreros Unidos.
17:00 horas
Entre las 16:00 o las 17:00 horas, los halcones informaron que habían pasado unos dos o tres camiones con estudiantes, pero que detrás de ellos habían bajado de la carretera de Xochipala unas seis camionetas cerradas, entre ellas una Urban blanca, con gente armada que portaban cuernos de chivo, presuntos miembros del Cártel de la Sierra.
18:00 horas
A las 18 horas del 26 de septiembre, los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos secuestran en Ayotzinapa dos camiones de la empresa Estrella de Oro para ir a Iguala, botear y conseguir recursos para la protesta conmemorativa.
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21:00 horas
A las 21:00 horas, aproximadamente, los halcones empezaron a reportar que había disturbios en la central de autobuses Estrella Blanca, "en un primer momento no se dio ninguna indicación por parte de los líderes para atacar a los normalistas", testificó Juan.
Esta versión coincide con la investigación de la periodista Anabel Hernández, quien en su libro La verdadera noche de Iguala, relata que el primero de varios ataques contra los normalistas sucedió alrededor de las 21:30 horas.
El embate armado sucedió en la esquina de Juan N. Álvarez y Emiliano Zapata, a una cuadra de la plaza principal de Iguala. Este hecho nunca fue registrado en los expedientes de la Fiscalía ni de la PGR; no hubo heridos ni muertos.
22:00 horas
Según el testigo Juan, alrededor de las 22:00 horas, las camionetas que se habían perdido ingresaron a la ciudad de Iguala, generándose varios enfrentamientos en toda la ciudad: en la colonia Pajaritos, la colonia Ruffo Figueroa, la colonia 24 de febrero -donde halcones reportaban actividad de la Policía estatal en los alrededores del mercado municipal. Reportaron que había movimiento, patrullas y estaban deteniendo personas.
En ese punto, el testigo Juan contó que había muchas bajas entre las personas de Onésimo Martínez, por lo que empezaron a correr y otros trataron de robarse vehículos.
Por su parte, Anabel Hernández, reportó que el segundo ataque fue entre las 21:30 y las 23:00 en la esquina de Juan N. Álvarez y Periférico Norte, donde tres estudiantes resultaron heridos de bala.
“A varios kilómetros de ahí, en la carretera federal Iguala-Mezcala, a la altura del Palacio de Justicia, ocurrió un tercer ataque contra dos autobuses llenos de estudiantes: el Estrella de Oro número económico 1531 y el Estrella Roja 3278”, escribió Hernández.
El testigo Juan señaló que también estaban persiguiendo a las personas que iban en los autobuses, "en un primer momento para interrogarlos", persecución en la que participaron: policías municipales, estatales, federales (había patrullas en la autopista México-Acapulco adelante del Palacio de Justicia, según los reportes que mandaban los halcones a Víctor Hugo Benítez Palacios) y algunos miembros del Ejército.
23:40 horas
A las 23:40 horas, en la Autopista Iguala-Mezcala, fue baleado un camión donde viajaba el equipo amateur de futbol Avispones. El autobús propiedad de la empresa Castro Tours era blanco con franjas verdes y se asemejaba a los Estrella de Oro en que viajaban los normalistas; al ser confundidos con los estudiantes, los pistoleros les tiraron a matar. Fue el cuarto ataque de la noche.
00:00 horas
El quinto atentado llegó después de la medianoche, de nuevo en la esquina de Juan N. Álvarez y Periférico Norte. Ahí mataron a Daniel Solís y Julio César Ramírez.
De acuerdo con la periodista, en total, esa oleada de ataques armados provocó la muerte de seis personas: los normalistas Daniel Solís, Julio César Ramírez y Julio César Mondragón, éste de 21 años; la señora Blanca Montiel, de 40; el jugador de Avispones, David Josué García, de 15; y el chofer del camión en que viajaba este equipo, Víctor Manuel Lugo, de 50 años.
De los 24 heridos por arma de fuego, siete fueron estudiantes. Aldo Gutiérrez recibió un disparo en la cabeza que desde entonces lo mantiene en estado de coma. A Fernando Marín un tiro le destrozó el antebrazo izquierdo y casi perdió la mano. Edgar Andrés Vargas recibió un balazo en la boca. A Jonathan Maldonado una ráfaga le voló cuatro dedos de la mano izquierda.
El colofón de la barbarie en esa noche infernal fue la desaparición de 43 normalistas de entre 17 y 21 años; todos eran de nuevo ingreso excepto Bernardo Flores Alcaraz, quien lideraba al grupo de estudiantes para tomar los autobuses.
El papel de las autoridades esa noche
En tiempo real, las autoridades tenían conocimiento de lo que estaba sucediendo y no dieron intervención.
El testigo de la fiscalía enlistó a las autoridades que en 2014 supuestamente estaban en la nómina de Guerreros Unidos y que le rendían cuentas al Güero Mugres, entre ellos el secretario de Seguridad Pública del estado, Leonardo Octavio Pérez, así como el procurador Iñaki Blanco Cabrera, el capitán José Martínez Crespo del Ejército; de la base de la Policía Federal Ministerial estaban todos los comandantes y los ministerios públicos adscritos en ese momento en la ciudad de Iguala, federales y del fuero común; y de la Policía Federal estaban en la base de Iguala el capitán Dorantes, mismo que en su declaración previa Juan había asegurado que "no se dejaba sobornar”.
A las 23:00 del 26 de septiembre la agencia del Ministerio Público del fuero común de la Fiscalía General del Estado correspondiente al Distrito Judicial de Hidalgo, en Iguala, recibió una llamada telefónica de Jacobo Ruiz Moreno, médico de guardia del Hospital General de la ciudad, para reportar el ingreso de tres hombres, dos de ellos heridos de bala: uno dijo llamarse Daniel Martínez y el otro Erick Santiago López, el tercero no pudo dar sus datos generales por su estado de gravedad. Esa llamada obligó a la fiscalía a abrir por oficio la averiguación previa HID/SC/02/0993/2014, dentro de la cual se realizaron las primeras diligencias e investigaciones de los hechos.
Fue hasta las 0:04 que el personal de la Fiscalía hizo las primeras actuaciones, pues el C4 de Iguala informó a esa dependencia que sobre la carretera federal México-Acapulco, en el tramo Iguala-Mezcala y exactamente bajo el puente ubicado frente al Palacio de Justicia, estaba “abandonado” un camión Estrella de Oro que mostraba daños por disparos de arma de fuego; quien acudió allá fue Cuenca Salmerón. Con la alerta enviada por el C4, se trasladó al Palacio de Justicia y llegó a las 0:20. Había comenzado a llover. Esa jornada de trabajo sería muy larga: apenas iba a la escena del tercer ataque, le faltaba recorrer los lugares de la segunda, cuarta y quinta agresiones armadas. A la primera escena no acudió.
DMZ