Una abuelita murió tras ser atacada por un pitbull en la colonia Condesa. Dos hombres resultaron heridos tras la agresión de tres perros en el Centro Histórico. Mujer sufre embestida de canino mientras paseaba a su mascota en Tlalpan. Gobierno de la Ciudad de México pide informe sobre perros peligrosos tras ataque a bebé.
En los últimos tres años, las noticias sobre colmillos fuera de control han ocupado espacios destacados en los medios de comunicación y desatado discusiones en las redes sociales, como hace quince días, cuando un pitbull arremetió contra un pequeño perro en un restaurante Pet Friendly.
El video que circuló profusamente muestra al canino mayor encajando sus fauces en una miniatura que trata de ser extraída por sus dueños, al tiempo que los propietarios del agresor jalan con fuerza a su mascota. Los gritos del resto de los comensales irrumpen en una escena que fue ampliamente comentada por los usuarios de redes sociales.
El debate sobre la irresponsabilidad de dueños de mascotas ha quedado asentado en las estadísticas de ingresos a las áreas de urgencia, en las denuncias interpuestas en las 16 alcaldías, en las bitácoras de la Brigada de Vigilancia Animal y en el recuerdo de los citadinos que han padecido o escuchado sobre estos eventos.
Tan sólo en lo que va del año se han registrado 5 mil 665 ataques de perros, 920 más que en el mismo periodo del año pasado, cuando ocurrieron 4 mil 745 casos de enero a julio, señala el Boletín del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. El aumento del 19.4 por ciento preocupa tanto a autoridades capitalinas como a defensores de los derechos de los animales.
La atención de personas heridas en centros de salud ha experimentado un incremento aún mayor, de 40.7 por ciento. De acuerdo con información obtenida por MILENIO vía transparencia, los ciudadanos que llegan a urgencias de hospitales públicos de la Ciudad de México por mordedura de perro pasaron de 199 a 280 de 2020 a 2021, y han acumulado 141 en lo que va de este año.
A pesar de que los colmillos andan sueltos, pocos chilangos interponen denuncias. En 2021, los juzgados cívicos recibieron 53 quejas, mientras que en 2022 la cifra aumentó a 66, reveló la Consejería Jurídica y de Servicios Legales de la Ciudad de México.
Infografía: Juan Carlos Fleicer
La misma información, obtenida vía transparencia señala que las alcaldías que más denuncias reciben son Iztapalapa, seguida por Gustavo A. Madero y Azcapotzalco. La mayoría de los casos tuvieron resultados conciliatorios, aunque hubo algunos arrestos.
La baja cifra de denuncias puede responder a diversos factores, tales como que las partes involucradas lleguen a un acuerdo en el lugar del ataque, aunque también suelen deberse a la huida de los dueños o a la sensación que suelen tener las víctimas de que denunciar es una pérdida de tiempo y que no lograran la restauración del daño.
Infografía: Juan Carlos Fleicer
Deben llevar correa
A pesar de la sensación que muchos pueden tener de no estar respaldados, Ismael García Valdés, comandante operativo de la Dirección General de la Brigada de Vigilancia Animal, señaló que dicha organización se encuentra al servicio de las personas para responder ante el reporte de una situación de ataque o de conocimiento de un perro agresivo.
“Nosotros podemos recibir reportes por medio del teléfono 52089898, de la app ‘Mi policía’, del teléfono de emergencia 911 y de los botones de las cámaras del C5. Nuestra injerencia es sólo cuando el perro ya atacó y si sólo se desea reportar un perro agresivo compete a los Centros de Atención Canina y Felina de la Ciudad de México o a las Clínicas Veterinarias en las Demarcaciones Territoriales; sin embargo, ahorita, como están en remodelación, estamos apoyándolos y atendemos ambos reportes”, señala.
De acuerdo con información vía transparencia, la brigada ha recibido en lo que va del año 41 reportes de ataques de perros y recibió 149 durante 2021. Valdés explicó que cuando llega el reporte, si el perro no tiene dueño, se pide a la víctima del ataque que realice un escrito donde se solicita el retiro del animal, el cual es canalizado a alguno de los centros especializados de la ciudad.
En todos los casos, de acuerdo con el oficial de la brigada, se recomienda buscar una patrulla que pueda auxiliar. “Ellos tienen la indicación de activar el Protocolo de Bienestar Animal que tiene la secretaría, el cual especifica que si el perro tiene dueño debe ser resguardado y el dueño debe hacerse responsable de los daños causados por su animal”.
Dicha indicación se encuentra en Ley de Protección Animal de la Ciudad de México donde se indica que “los dueños están obligados a resarcir el daño y hacerse responsables de los actos o daños que realicen sus animales de compañía mientras se encuentren en la vía pública”.
Por su parte, la misma ley en su artículo 30 también señala que “toda persona propietaria, poseedora o encargada de un perro está obligada a colocarle una correa al transitar con éste en la vía pública”, en este sentido, llevar un perro sin correa por la calle se convierte en un delito que puede ser sancionado.
“En general muchas situaciones se pueden resolver en el momento cuando las dos partes llegan a un acuerdo en el que el dueño del perro atacante se hace responsable de los daños pero cuando las heridas son más aparatosas es cuando suele terminar el caso en un ministerio público ya que se presenta un probable delito de lesiones”, asegura el oficial.
Sin embargo, a pesar de lo que señala la ley, si el dueño del perro atacante no puede ser identificado o si el ataque es de un perro sin dueño la víctima debe costear los daños sin remedio.
De acuerdo con información que se puede encontrar en la página de Facebook de la asociación civil Mundo Patitas, sobre los múltiples perros víctimas de ataques que atienden, los costos de curación pueden alcanzar hasta los 20 mil pesos.
Espacios Pet Friendly: ¿sí o no?
Se desconoce el contexto en el que ocurrió el ataque que se observa en el video que se hizo viral, pero la escena abrió de nuevo el debate sobre el constante cuestionamiento de si los espacios Pet Friendly son seguros o adecuados.
Para Aracely Suárez, entrenadora de la Escuela Canina Hanyu, la situación con estos lugares es que antes de decidir llevar a tu perro a una plaza o restaurante, se debe ser muy sincero sobre si el perro realmente está capacitado para mantener su estabilidad en un contexto lleno de estímulos difíciles de manejar para él.
“En las plazas hay muchas cosas y estímulos que pueden ser desconcertantes para un perro. Si vas a llevar a tu perro a un lugar de estos debes estar completamente seguro de que tu compañero puede mantenerse en control ante diversas y constantes situaciones de estrés para ellos como el ruido, otros perros, muchas personas y la presencia de niños”, explicó.
“A veces las personas quieren llevarlos a todos lados por moda pero en las plazas no hay nada interesante para los perros, ellos necesitan oler plantas, tierra, comida y ahí lo único que huelen son objetos”.
Saber reaccionar
Ante el cuestionamiento sobre qué hacer si eres víctima o testigo de un ataque de este tipo, Ismael Valdés, integrante de la Brigada de Vigilancia Animal, quien ha recibido diferentes capacitaciones de numerosas instituciones animales como zoológicos y centros de conservación animal, señaló que no existe una técnica correcta ni aprobada del todo por especialistas que te indique la manera 100 por ciento eficaz de que un perro suelte a una persona u otro perro al momento de un ataque; sin embargo, el método más empleado suele ser el de la asfixia vía la tráquea.
“En realidad es un técnica complicada en la que tienes que tener mucho control del cuerpo del perro antes de aplicarla, para evitar que al soltar a la otra persona éste redirija su ataque contra ti, pero de acuerdo con las capacitaciones que hemos recibido, cortar la respiración durante algunos segundos es la principal manera en que llegan a soltar a sus presas con el menor daño posible al perro atacante”, comenta Valdés.
Y es que las razones que pueden motivar a un perro a morder o atacar incluyen una gran diversidad de factores tanto genéticos como ambientales que son difíciles de generalizar, de acuerdo con el estudio tipo y frecuencia de agresividad canina en humanos.
Según señala el estudio, las diferentes razones por las que un perro puede mostrar agresividad son por dominancia, por miedo, territorial, redirigida, predatoria, maternal y en el juego. Por su parte, la agresión también se mide en niveles que pueden ir de leve a moderada y de grave a muy grave.
Al no existir una técnica 100 por ciento eficiente y al ser difícil de llevar a cabo, Valdés advirtió: “no deberíamos estar pensando en qué hacer si mi perro ataca a otro o si un perro me ataca sino en cómo prevenirlo, en cómo aplicar todas las medidas de seguridad que existen para evitar tener que saber reaccionar ante una situación de este estilo”.
DMZ