De acuerdo con un conteo realizado por MILENIO con base en reportes periodísticos, durante los últimos tres años, en Guanajuato se han registrado ocho ataques a velorios y funerales, producto de “ajustes de cuentas” entre grupos delictivos, los cuales han dejado un saldo de 30 personas muertas.
Ante el panorama de violencia, donde empleados de agencias funerarias en más de una ocasión se han visto expuestos, integrantes del gremio piden a los gobiernos municipales, contar con protocolos de protección y resguardo para cuando los servicios fúnebres sean prestados para víctimas de homicidio doloso, tal como se tiene en otras entidades.
“Hay ciudades donde por protocolo, en automático cuando fallece una persona por homicidio llega una patrulla al domicilio, te hablo concretamente de Tamaulipas, donde ves policía municipal, ves a elementos del Ejército, elementos de la Guardia Nacional, cuidando el domicilio de familiares de la víctima del homicidio, sin nosotros estar solicitándolo como gremio. Ellos hacen su investigación y envían un grupo de apoyo para que esté haciendo esto”, explicó Christian Ureña, presidente de la Asociación de Funerarios de León.
La implementación de este protocolo no solo busca proteger a los trabajadores de las empresas funerarias, sino también a las familias de las víctimas y asistentes, quienes resultan víctimas colaterales durante dichos ataques, por eso hacen el llamado a los alcaldes y alcaldesas.
“Nosotros en su momento cuando hemos estado velando aquí en las instalaciones (casos de homicidio) hemos solicitado el apoyo de la policía ministerial. La policía ministerial nos ha apoyado y brindado elementos cuando vemos que la situación está muy complicada, pero el tema está en que cuando se vela en los domicilios ya es responsabilidad de la familia porque se está velando en su domicilio, y yo considero que aquí la responsabilidad es de la policía municipal, de tener una patrulla ahí cuidando”.
Dichos ataques orquestados por el crimen organizado, tienen dos objetivos, el primero es que fungen como un mecanismo de intimidación a familiares para evitar denuncias; el segundo es aprovechar la presencia de otros objetivos que se reúnen en el lugar, quienes están vulnerables y expuestos, para arrebatarles la vida.
“Está documentado donde un sepelio, un cortejo fúnebre, fue baleado, iban por el hermano de la persona fallecida pero alcanzó a uno de los de la funeraria, entonces la verdad es un riesgo para todos. Hay colegas funerarios que me dicen ‘yo a ningún precio atiendo los homicidios, porque es muy riesgoso’ me dicen”, agregó Ureña.
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Recuento de ataques
De acuerdo al recuento cronológico realizado por MILENIO, el primer ataque del que se tiene registro ocurrió el 5 de octubre del 2020 en Jaral del Progreso, donde 5 personas fueron atacadas mientras velaban a su familiar.
Posteriormente, el 18 de septiembre del 2020, en Celaya, mientras rezaban y daban el último adiós durante un velorio celebrado en la comunidad de Rincón de Tamayo, hombres armados abrieron fuego contra quienes ahí se encontraban. El saldo fue de cinco mujeres asesinadas y 4 personas heridas.
El 8 de enero de 2021, nuevamente en el municipio de Celaya se registró el ataque armado en un velorio donde 9 personas perdieron la vida. El 16 de mayo se registró otro ataque a un cortejo fúnebre también en Celaya, uno de los asistentes perdió la vida.
El 20 de diciembre del 2021, en San Francisco del Rincón se llevaba a cabo el entierro de un joven asesinado días previos, cuando sujetos armados irrumpieron en el panteón disparando contra los asistentes, en las imágenes que quedaron registradas en redes sociales se observa cómo corrieron a esconderse tras el féretro y entre las lápidas. El saldo final fue de dos personas muertas y tres heridas.
El 28 de julio de 2022, el municipio de Jaral del Progreso nuevamente se vio afectado por la violencia criminal, pues mientras una familia velaba a uno de sus integrantes, un joven que había sido asesinado en días previos, sujetos a bordo de motocicletas llegaron al lugar durante la madrugada y abrieron fuego contra los asistentes, dejando a cuatro personas sin vida y a una más que murió horas después mientras recibía atención, producto de los impactos de bala.
Para el 18 de agosto, la ciudad de Celaya se convirtió nuevamente en el escenario de este tipo de ataques, pues mientras despedían a su familiar, sujetos armados arrebataron la vida a dos personas y otras dos resultaron lesionadas. Finalmente, el hecho más reciente del que se tiene registro ocurrió el 28 de septiembre del 2022 cuando una mujer fue asesinada a balazos mientras velaba a su hijo.
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